Cartas de lectores | Celebración de Navidad

¿Por qué nos hacemos regalos? Porque Dios mismo se nos ha dado como regalo al envolver su divinidad en la humanidad

A todos nos da gusto pasear por la calles y ver árboles de Navidad encendidos. El papa Benedicto XVI en unas reflexiones sobre los símbolos navideños recordaba que la alegría de la Navidad es porque conmemoramos el nacimiento de Jesús, que vino a salvar al mundo. Destacó que las luces evocan la verdadera luz que llega a los hombres de buena voluntad. Él elaboró un estudio detallado de muchas de las costumbres como los dulces, los regalos, etc., y explica en profundidad las raíces bíblicas de cada una de ellas, el sentido espiritual que encierran para los cristianos. ¿Por qué nos hacemos regalos? Porque Dios mismo se nos ha dado como regalo al envolver su divinidad en la humanidad. ¿Por qué decoramos el árbol? Porque queremos rehacer el árbol del paraíso según el árbol del calvario en el que ha sido restaurado. ¿Por qué hacemos dulces especiales para esta época? Porque el Mesías ha venido a introducirnos en una tierra que mana leche y miel. Nos ha dado el pan del cielo, que contiene todas las dulzuras. ¿Por qué la estrella? Porque guió a los Magos de Oriente hasta el portal de Belén y debe guiar nuestra vida. Cosas que parecen no tener significado sí lo tienen: las bolas de colores significan los dones de Dios; los lazos la unión entre las familias y personas queridas. En muchas partes contemplamos nacimientos que representan el portal de Belén, que nos recuerda que la Navidad es alegría y paz; y que la música, villancicos y comercios abarrotados suponen un reconocimiento de lo que significa la Navidad.

Betty Tama Corral