Cartas de lectores: Era bromita, nomás

Lo de siempre: “No hay plata, espere”

Las zozobras que nos causa el incumplimiento de las promesas de nuestros políticos, en especial en campañas proselitistas, debemos borrarlas de nuestras mentes y nuestras esperanzas. Son inauditas expresiones orales motivadas por intereses personales. La definición de promesa (lo que la persona que ofrece, se obliga o se compromete a cumplirlo) los políticos la transforman en una cosa vaga, sin valor alguno. 

Los cientos de promesas no cumplidas siembran desconfianzas y son las causas de intercalar en el tejido social la incertidumbre, disgusto y desavenencias de la moral pública hacia la política. Se ha mencionado en repetidas ocasiones que “los pensionistas jubilares que reciban menos dinero que el salario mínimo vital se les equipararía al salario vital”. 

Oyendo cantar al gallo se les pasan los días a los jubilados por el ansiado y prometido incremento, mientras en el país todo incremento de sueldos, salarios, tablas sectoriales y pensiones del IESS se concretan en enero de cada año. 

Proclamaban necesario efectuar una rebaja mensual de tarifas del consumo de energía eléctrica al sector residencial como un beneficio; aconteció todo lo contrario, se dio un incremento desmedido a todo el planillaje del consumo sector costa de marzo a abril, de más del 30 %, aludiendo al cambio climático por los intensos calores. 

Al recibir los usuarios incrementadas las planillas se produjeron los reclamos correspondientes. La respuesta: pague primero y reclame después. Está en pie la rebaja del 50 % del consumo de abril a mayo por los apagones, pero la propuesta original de rebajas mensuales queda en ‘stand by’. Se anuncian postulaciones para 5.000 becas nacionales para Tercer Nivel Técnico y Tecnológico Superior-2024, y desde el año pasado no entregan el estipendio mensual de $ 460 a 800 becarios. 

Lo de siempre: “No hay plata, espere”. Como salida a las falsas expectativas creadas, que dejan huellas en el sentimiento popular, lo conveniente sería que declaren que las promesas anunciadas en campaña y que nunca intentaron cumplir “eran bromita, nomás”. Y sanseacabó el cuento.

César Antonio Jijón Sánchez