Cartas de lectores: Sobre la Asamblea Nacional, reformas y leyes

Muchos dicen que son demasiados para el trabajo que hacen; pero a más población nacional, más parlamentarios

El 14 de mayo asumen sus curules 151 miembros de la nueva Asamblea Nacional, en reemplazo de 137 que tuvo el periodo anterior. Muchos dicen que son demasiados para el trabajo que hacen; pero una disposición constitucional ordena que a más población nacional, más parlamentarios. 

Curiosamente esa ley no dice nada sobre la preparación intelectual y la calidad moral que deberían ostentar los legisladores. Pero, bueno, lo que importa a los ciudadanos es que legislen y fiscalicen con capacidad, sentido común y honradez. A fin de cuentas, el pueblo solo pide que alguna vez aquellos en quienes deposita su confianza no lo defrauden.

Así, en lo medular, según se expresa a través de diferentes medios, la ciudadanía quiere que la Asamblea deje aparte la demagogia y el clientelismo, que los proyectos sobre obras o servicios cuenten con financiamiento sustentado; que el gasto fiscal sea austero y útil; que se clasifique correctamente los delitos -robo es robo, independiente del monto, y si es con muerte ya es asesinato-; que se elimine la llamada colaboración eficaz, que con una pena irrisoria devuelve al delator a la calle premiado por el Estado; que se mantenga recluido al delincuente hasta que pague las multas y devuelva lo robado; que instituya que los reclusos paguen con trabajo obligatorio su estadía, vestuario y comidas; que limite las organizaciones políticas y su financiamiento estatal; que sea urgente la creación de fuentes de trabajo real para disminuir el desempleo y terminar con onerosos e inútiles subsidios; que se disminuyan los puentes vacacionales que matan la memoria histórica del país. Estos y otros temas similares son los que debe analizar y corregir la Asamblea a través de reformas o nuevas leyes.

Porque queremos creer que los nuevos legisladores, jóvenes en su mayoría, de buena crianza, sin mañas y preparados, muchos de ellos mujeres inteligentes y bien intencionadas, harán una Asamblea distinta y mejor, infinitamente mejor en sus propuestas y acciones que la que en pocos días concluye su desastroso periodo.