Cartas de lectores | ¿Hasta cuándo?

¡Ya basta ecuatorianos! Tomemos la decisión de poner a cada uno en su lugar

¿Hasta cuándo compatriotas vamos a seguir eligiendo políticos como lo hemos hecho en los últimos tiempos? Creo que la respuesta es: ya basta. No hay derecho para permitir que nos sigan mintiendo, engañando y lo que es peor, tratándonos como a minusválidos mentales.

Veamos algunos episodios que nos pueden llevar a la conclusión antes anotada. La famosa Asamblea Nacional recibe un anteproyecto de ley enviado por el Ejecutivo con modificaciones al IVA. No faltaron voces que en encendidos discursos (leídos) se proclamaban defensoras del pueblo ecuatoriano y que no permitirían que el Gobierno le meta la mano al bolsillo de los ecuatorianos; esto, además de una tomadura de pelo es una sinvergüencería. ¡Qué otra cosa podíamos esperar de un conglomerado en que la inmensa mayoría ha vivido los últimos años de la caridad pública! Basta para ello ver los elocuentes informes que oportunamente nos hizo conocer este mismo diario con las declaraciones patrimoniales y del impuesto a la renta de los padrastros de la patria.

Estos últimos días hemos sido testigos de la falta absoluta de vergüenza, al querer tramitar en la Asamblea un proyecto de ley que lo más lógico habría sido que se denomine Proyecto para socapar la impunidad de determinados delincuentes por todos conocidos. Todo esto amparado “en un pacto de gobernabilidad” que debe causarles tanta vergüenza a sus actores que lo mantienen secreto y que además en las votaciones importantes mandan a sus alternos, para luego tratar de convencernos de que han sido engañados.

¡Ya basta ecuatorianos! Tomemos la decisión de poner a cada uno en su lugar, de impedir que nos sigan tomando el pelo a su entera voluntad, que se convenzan de que son los mandatarios, nunca los mandantes.

Alberto Rosales Ramos

PD: El presidente de la Asamblea, señor Kronfle, ha experimentado de nuevo un ataque de estrés, cansancio y agotamiento absoluto, por lo cual dejó la dirección de la Asamblea en manos de sus socios correístas.