Cartas de lectores | Una realidad muy dura de asimilar
Muy duro debió ser para Maduro asimilar esa realidad de no cooperación militar contra EE.UU.
Un balde de agua fría cayó sobre Maduro, Cabello y sus secuaces. Se hundieron más en el pánico al oír del propio gobierno cubano que no los ayudaría militarmente, menos contra EE.UU. Hoy la cobardía y miedo separan mucho más la unidad tiránica Castro-Maduro; desde la ONU, Trump ordenó bombardear a los carteles de las drogas. Y en la ONU, otro de los castrocomunistas, el canciller Bruno Rodríguez, justificó y extrapoló el fracaso, hambruna y miseria estructural del sistema comunista, pero se negó hablar del Estado policíaco, la represión estatal y el Estado fallido vigentes en el país. Nos recordó la frase: “Si pones comunistas a cargo del desierto del Sahara, en cinco años habrá escasez de arena”.
Muy duro debió ser para Maduro asimilar esa realidad de no cooperación militar contra EE.UU.; sus comandantes tiranos trabajaron la unión de Cuba y Venezuela. Un sabor amargo para los nativos patriotas por la invasión, ocupación y colonización del país venezolano por el régimen gobernante cubano, el verdadero dueño, el narco-estado de Cuba.
Óscar Biscet