Cartas de lectores | ¿Un salto al vacío o la confirmación de la Constitución?
Con esa Constitución el país ganó derechos fundamentales: salud y educación gratuitas
En un país consumido por la violencia y la pobreza, el gobierno de Daniel Noboa pretende culpar a la Constitución de Montecristi de su incapacidad para gobernar. Sus voceros, muchos sin haberla leído, la desacreditan diciendo que fue escrita por extranjeros, cuando en realidad fue elaborada con la participación de más de diez mil ciudadanos que presentaron centenares de propuestas. Montecristi fue una verdadera fiesta democrática, donde por primera vez el pueblo escribió, junto a sus representantes, una Carta Magna centrada en el ciudadano común. Por eso en el referéndum de 2008 obtuvo un contundente 64 % de apoyo popular.
Con esa Constitución el país ganó derechos fundamentales: salud y educación gratuitas, igualdad de género, reconocimiento a la diversidad cultural, protección a la naturaleza y el derecho al agua, además de garantías contra toda forma de discriminación. Que el presidente no la cumpla no significa que no sirva, sino que le estorba. Pretende, sin transparencia, una nueva constituyente y pide un voto de “confianza” a un pueblo que ha sido engañado. Prometió no subir impuestos ni combustibles y mejorar las pensiones, pero hizo todo lo contrario, traicionando la fe pública.
Se acusa falsamente a la Constitución de fomentar el delito, cuando el artículo 393 obliga al Estado a garantizar la seguridad integral. La inseguridad proviene, más bien, de la improvisación y el desconocimiento del gobierno, no de la Carta Magna. El poder manipula a una población desinformada con ayuda de cierta prensa complaciente y ejércitos de troles, mientras incumple la ley y vulnera los derechos que dice proteger.
Si Noboa aplicara la Constitución, habría hospitales abastecidos, médicos pagados, seguridad y empleo digno. Con ella, Ecuador fue en 2009 el segundo país más seguro de Latinoamérica; hoy, con la misma Constitución, el país vive bajo el horror del crimen y más de siete mil asesinatos. La culpa, entonces, no está en la Carta, sino en quien gobierna.
Lo que está en juego ahora es el retroceso de conquistas sociales y derechos fundamentales. De la nueva constitución solo se sabe que tendrá 180 artículos, sin decir qué eliminarán. Este 16 de noviembre, el pueblo decidirá si entrega un cheque en blanco o defiende su futuro. Yo digo no.
Aminta Buenaño