Cartas de lectores: El procurador general del IESS

Se espera que la actual administración asuma su responsabilidad y no profundice los problemas

En el análisis del complejo organigrama del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), los periodistas de investigación de Diario EXPRESO, en sintonía con el clamor ciudadano, identificaron al ex procurador general del organismo, cargo ocupado por el reconocido jurisconsulto Jorge Luis Andrade Avecillas durante la presidencia del Dr. Eduardo Peña Hurtado en el Directorio. Andrade ejerció funciones legales entre el 15 de enero de 2024 y el 2 de junio de 2025.

La principal función del procurador general en una entidad pública es “representar, asesorar y defender legalmente a la institución en asuntos judiciales y extrajudiciales, asegurando el cumplimiento de la ley y protegiendo sus intereses mediante el patrocinio en litigios y la supervisión de actos y contratos”.

El Dr. Andrade, con amplia experiencia jurídica, expresó durante una entrevista con EXPRESO su preocupación por el “gran hoyo de trabajo de Auditoría” en el IESS, especialmente en procesos judiciales por irregularidades, como en el agendamiento de citas, actualmente en conocimiento de la Fiscalía General del Estado.

Lo más preocupante, según Andrade, es que el IESS carece de una auditoría interna propia. Esta labor la realiza la Contraloría General del Estado, cuyos informes -afirma- “no son relevantes para el IESS”, sobre todo en lo relacionado con los servicios médicos, pese a haberse evidenciado anomalías.

Además, señaló que el IESS, siendo una entidad autónoma, no ha cumplido con las disposiciones de la Superintendencia de Bancos y Seguros, como exige la ley. Hasta 2022 no se ejecutaron los cambios necesarios, pese a que Andrade presentó un proyecto que aún no se analiza ni aprueba.

Expertos coinciden en que el auditor público debe “garantizar la transparencia, eficiencia y legalidad en la gestión de los recursos públicos”, mediante la revisión de registros financieros y operativos para detectar errores o riesgos y proponer mejoras.

Resulta inadmisible que el IESS no cuente con una auditoría interna, dejando esta función a criterio del Consejo Directivo y de la Contraloría, cuando los recursos no pertenecen al Estado, sino a los afiliados y jubilados que han sostenido la institución durante décadas. Se espera que la actual administración asuma su responsabilidad y no profundice los problemas.

José F. Medina M.