Cartas de lectores: El Gobierno favoreció al país al eliminar el subsidio

La clave estará en que el Gobierno mantenga controles para evitar abusos de precios en los mercados y tiendas

La valentía y decisión del presidente Noboa de eliminar el subsidio al diésel marca un hito en la historia de la economía del país. Por décadas esta prebenda representó una carga para la caja fiscal; el retiro del subsidio le da al país un alivio económico de $ 1.500 millones anuales. Han pasado cuatro gobiernos, desde Lucio Gutiérrez hasta Guillermo Lasso, que hablaron del retiro de este subsidio y de otros combustibles. El actual gobierno puso a prueba su política y la capacidad de reacción ante lo que podría suponer el primer conflicto con los sectores sociales, en especial la activación política de los demagogos, que aprovechan las circunstancias para paralizar el país con paros y el ‘derecho a la resistencia’. Estos grupos como Conaie, Pachakutik y otros, han protestado por el decreto 126, emitido el 12 de septiembre, que fija el precio del galón de diésel en $ 2,80.

Hay otros sectores que apoyan la decisión del Gobierno, como correcta, para quitar tanta inmoralidad, de tantos años, en que se ha favorecido a pocas personas con bajos precios por los subsidios, productos vendidos a otros países con mejores resultados económicos. Adicionalmente, la Cámara de la Industria y Producción respalda la reforma, considerando que los subsidios deben ser temporales, financiados y focalizados; de lo contrario, generan distorsiones que afectan a la economía y a todo el país. Por lo tanto, el Gobierno ha considerado clave la compensación al transporte público, pequeños agricultores, ganaderos y pescadores artesanales. Paralelamente, se han establecido mesas de trabajo para definir el verdadero impacto de la medida, en pagos de compensación a los 23.300 transportistas, durante 8 meses, de $ 400 a $1.000 mensuales.

La clave estará en que el Gobierno mantenga controles para evitar abusos de precios en los mercados y tiendas. Asimismo, se espera que el dinero que no se va a gastar en el subsidio del diésel sirva para invertir en salud y educación, mejorar infraestructura y seguridad.

Robespierre Rivas Ronquillo