El cambio climático está devastando con calor intenso sectores donde hace 40 años la temperatura no llegaba a 40 ° en su máximo nivel; hoy bordea los 50. En Pakistán, para lograr sensación térmica de 24 ° en los hogares usan aire acondicionado, que utiliza electricidad proveniente de combustibles fósiles y libera gases de efecto invernadero, volviendo más calientes las ciudades, más la construcción de vías y calles con estructura de hormigón y asfalto, polución industrial y la diaria circulación vehicular y aérea. Ante esto, lo prudente, razonable y realizable como alternativa de lucha contra el cambio climático están los bosques urbanos, con árboles como el Kiri originario de China y el Jacarandá, que alcanzan 20 m de altura con capacidad de absorción de CO2 mayor que otras especies. Esto ayudará a enfriar el entorno y cambiar el destino de la supervivencia; está comprobado que dentro de las arboledas la temperatura puede reducirse 5 ° por la absorción de dióxido de carbono, lo que disminuirá el acelerado cambio climático, atrayendo vida donde antes no existía, como las aves que migran constantemente por la sensación de bienestar que genera el bosque. ¿Cómo lograr el éxito de estos proyectos ambientales? Con convenios interinstitucionales público-privados, cumpliendo lo establecido en el Pacto Verde: reducir en 50 % las emisiones de gases de efecto invernadero a fines de 2030. Ganar la batalla al calor extremo es cuestión de voluntad y decisión.

Ab. Fabián Arteaga Espinel