¡Por fin alguien pone el cerebro en funcionamiento!
El observatorio flotante que acaban de inaugurar en la isla Santay servirá al menos como esparcimiento del espíritu
Cualquier proyecto que dé mejor vida al majestuoso río Guayas será bienvenido. Hará crecer el comercio y turismo de la zona, y ayudaría a abrir nuevas plazas de trabajo. Los que nacimos en este suelo queremos que el país salga airoso de una de las batallas más cruentas de su historia, haciendo frente a la pobreza, narcotráfico, crimen organizado y seres que destruyen propiedad privada y gastan dinero del pueblo calentando asientos en la desprestigiada Asamblea. Son varios los estamentos del Estado que muestran fisuras por doquier. El observatorio flotante que acaban de inaugurar en la isla Santay servirá al menos como esparcimiento del espíritu; aquí disfrutaremos también de conciertos musicales y conoceremos las investigaciones que se hagan de la flora y fauna que crece y habita allí. Y en medio de las emociones que nos estará brindando esta obra movida por las olas del Guayas, parecerá que estuviéramos viviendo esos años románticos cuando el ferrocarril construido por Eloy Alfaro daba vida a Quito y Guayaquil. Por esos tiempos el pueblo ferroviario de Durán gozaba de economía envidiable por el intenso jubileo de miles de personas que llegaban de varias regiones del litoral, para desde las 05h00 trabajar en un extenso recorrido de 452 km que hacía la primera locomotora, que rodó desde el 18 de julio de 1872. Por la importancia de esta obra para la cultura y el turismo guayaquileños manifiesto alegre: ¡por fin alguien puso el cerebro en funcionamiento!
José Emilio Ruiz Ortiz