La Alcaldía de Quito debe respaldar los esfuerzos de quienes luchan por rescatar el Centro Histórico

El 2 de marzo diario Expreso publicó un reportaje titulado “El corazón de Quito late en la soledad”, en el cual, entre otras reflexiones, expone que “El rostro del Centro Histórico aún no recupera su brillo. Las calles vacías son solo una memoria dolorosa de la pandemia”. Como moradora e integrante de una de las familias que desde hace casi medio siglo hemos desarrollado nuestras actividades productivas en el Centro Histórico de Quito, expreso mi agradecimiento y felicitación especiales por esta publicación, pues revela el gran interés y preocupación de este importante diario respecto de las dificultades que está atravesando “el corazón” de la hermosa capital de Ecuador. Es verdad que el confinamiento y la persistencia de restricciones de diversa índole, causadas por la pandemia, agravaron la ya deteriorada situación del Centro Histórico, porque esta afectación ya se la experimentaba desde años, básicamente, por el descuido de las autoridades nacionales y locales, para proseguir con el proyecto de su revitalización. A lo expresado se une el manejo inadecuado de la información sobre la pandemia: se afirmaba que el virus circulaba predominantemente en la parroquia del Centro Histórico, cuando en realidad los focos están solo en ciertos barrios con mayor población, mas no en el casco colonial. Las autoridades nacionales y locales, lejos de generar las políticas públicas que impulsen el Plan de Revitalización Integral en los temas vinculados a urbanismo, vivienda, seguridad, bienestar social, desarrollo económico, movilidad, accesibilidad, equipamiento e infraestructuras y participación social, por infundados temores, por más de un año mantuvieron cercada la Plaza Grande con feas vallas y concertinas metálicas, lo cual a su vez provocó grandes dificultades para el acceso de personas y vehículos al Centro de Quito, con la consiguiente disminución de afluencia de personas. Mientras habitantes, trabajadores y empresarios nos esforzamos día a día por mantenerlo vivo, como eje de crecimiento económico y social que siempre ha sido para el país, el alcalde de Quito, en lugar de unirse a nuestros esfuerzos, persiste con su extraña idea de pretender sacar del Palacio Municipal a la administración central del Municipio, lo que sin duda extinguiría nuestra esperanza de lograr posicionar nuevamente al Centro de Quito como lugar de vida y trabajo, con seguridad y vialidad adecuada, como testimonio de nuestras raíces históricas, culturales e inmateriales, y como el corazón de la ciudad, donde se encuentran las más importantes edificaciones patrimoniales monumentales y religiosas de Quito, como iglesias, conventos, monasterios e inmuebles ancestrales que le valieron el título de “Primer Patrimonio Cultural de la Humanidad”.

María Teresa Espinosa Valencia

Moradora del Centro

Histórico de Quito