Adviento: tiempo de alegría y esperanza

Que nuestro corazón sea un blando pesebre donde repose Jesús y que la alegría de los Misterios Gozosos del Santo Rosario que recemos nos llenen de gozo y paz.

El Adviento es el tiempo en que nos debemos preparar para celebrar Navidad; tiempo de alegría, pues esperamos la venida del Salvador. Tenemos cuatro semanas para prepararnos. En casa cuando vamos a recibir amigos o a una persona importante, la limpiamos, la arreglamos, nos esmeramos en tener un ambiente agradable. Cuando viene Jesús muchas veces no preparamos nuestro interior para recibirlo. Hagamos oración, leamos el Evangelio, preparémonos para una buena confesión, Comunión Sacramental, Misa, obras de misericordia y otros detalles espirituales. Y tengamos presente los símbolos de la Navidad: 1) El pesebre, en un lugar destacado, donde toda la familia pueda verlo. 2) La Corona de Adviento con sus cuatro cirios, que encenderemos cada semana como reflejo de nuestra gradual preparación. Las luces de las velas nos recuerdan que Él es la luz del mundo y viene a disipar las tinieblas; el verde de la corona simboliza la vida y la esperanza que Jesús nos trae. Cuidemos a nuestra familia. Evitemos el consumismo y excesos pues la riqueza más grande es sentir que llega a nuestro corazón el Príncipe de la Paz. Reflexionemos en familia sobre quién viene y a qué viene. Pidamos a la Virgen María que nos enseñe a prepararnos para recibir a su Hijo, el Redentor de la humanidad, que desea que seamos siempre felices. Que nuestro corazón sea un blando pesebre donde repose Jesús y que la alegría de los Misterios Gozosos del Santo Rosario que recemos nos llenen de gozo y paz.

Martha Reclat de Ortiz