No al aborto. Sí a la protección de la mujer y de los niños por nacer

Debe protegerse psicológica y económicamente a la mujer vulnerada.

Que estudie, que trabaje, como ofreciera el presidente, y darles esperanza de vida a los niños por nacer al ser dados en adopción si su madre finalmente así lo decidiera.

Debe exigirse la oportuna denuncia por la violación y los exámenes médicos necesarios.

Iniciar las investigaciones correspondientes y juzgar al responsable, para de esta manera desalentar el potencial abuso de la norma.

Ecuador no es ingenuo para promover el discurso eugenésico de M. Sanger (1918), de ‘aligerar en algo el problema de los menos aptos y evitar su descendencia’, en su insólita propuesta de ‘raza más limpia’, como lo denuncia A. Laje (2021), o la falacia de que ‘una sociedad será más rica cuando menos personas tenga’.

Hay quienes todavía creen que el atroz aborto debe ser “elemento del sistema integral de atención a la salud materno infantil”.

Pero Ecuador, inmensamente cristiano, es libre y soberano para plasmar en la norma lo que representa el sentir de su pueblo, protector de la mujer y de los niños por nacer.

Diego Fabián Valdivieso Anda