
Yasna Vivanco hace D(r)ama
La obra unipersonal desentraña a través del humor la construcción del amor. Tres funciones se realizan en el Estudio de Actores desde el viernes
Una proyección de videos caseros de una niña que ríe y baila dan paso al escenario, donde una mujer llora sentada sobre el suelo. “Cuando era niña veía telenovelas sentada en el mesón de la cocina mientras la Lidia terminaba de lavar los platos”, narra entre sollozos. “Veía cómo (los personajes) se amaban, y se peleaban y otra vez se amaban tanto. Y no podían amarse porque era imposible, pero lo lograban. Y yo soñaba casarme de blanco, con un vestido grande, grande (...) y al final del altar estaría el hombre más guapo del mundo”.
Así arranca D(r)ama, obra unipersonal de Yasna Vivanco, que llega a su tercera temporada en el Estudio de Actores, ubicado en Manabí y Benalcázar, centro de Quito.
La pieza pone en evidencia la telenovela latinoamericana como escuela del amor romántico de la generación millenial, y cómo estas construcciones sobre las relaciones de pareja y la mujer han afectado a la sociedad que nos rodea.
Vivanco explica que la obra surgió en respuesta a su propia necesidad de reflexión sobre las expectativas y limitaciones puestas sobre las mujeres desde la infancia.
“Después de la pandemia ingresé a un espacio de creación con Ana Jácome y de ahí salió un esqueleto de lo que quería abordar. A ese texto se fue sumando el trabajo que hice con la directora, Violeta Moreno, y la revisión de mis propios diarios”, señala.

Añade que no buscaba concentrarse en lo dramático, pese al nombre de la pieza, sino en el humor.
“Me divertí muchísimo en el proceso, y el guion fue saliendo con varios géneros teatrales, entre esos el stand up”, indica.
Y es así que, a través del humor y el ejercicio autoetnográfico, donde la audiencia no discierne entre realidad y ficción, que la actriz se dedica a desentrañar las construcciones cotidianas sobre el amor y machismo cotidiano.
D(r)ama se puede ver el viernes y el sábado a las 19:30 y el domingo a las 18:00. El costo es de $ 15.
El teatro, una bienvenida casualidad
Buscando una actividad que la libre del tedio cotidiano, Vivanco encontró el teatro. “Tenía 26 años y sentía que si no encontraba algo para hacer después de la oficina, me iba a volver loca. Entré por casualidad a un taller de máscaras (comedia del arte) en El Cronopio y ya nunca me fui”, cuenta. Con el paso de los años, la actriz se sumó al grupo teatral del colectivo y eventualmente recorrió la región junto a la obra La revuelta de los idiotas. Tras el cierre de la temporada de D(r)ama en la capital, esta recorrerá otras ciudades del país.