
Marina Berri hace un viaje por el idioma ruso en su nuevo libro
La escritora argentina explora el alfabeto cirílico y ahonda en los pormenores del alma soviética
Marina Berri llegó a Rusia en la adolescencia, aunque no de forma física. Lo hizo a través de los libros: las novelas de Tolstói, Pushkin y Dostoyevski fueron su puerta de entrada a una lengua que aún no conocía y a un país que nunca había visitado. “Las páginas eran como un trineo que me hizo deslizarme por las calles congeladas de San Petersburgo”, contó durante su reciente visita a la capital.
No fue hasta años después, tras un encuentro fortuito con un dentista ruso durante un viaje, que se planteó aprender el idioma. “Él me dijo: ‘¿Inglés, español, francés? ¿Por qué no ruso?’”, recordó. Aquel comentario casual marcó el inicio de una búsqueda lingüística que luego se volvería también literaria.
Ese proceso derivó en Alfabeto ruso, un libro publicado por el sello ecuatoriano El Fakir, que indaga en la cultura rusa a través de cada una de las letras de su alfabeto. “Cada ensayo está dedicado a una letra, y empieza con su sonido”, contó la autora.
Pero no se trata de un manual ni de un diccionario tradicional. Los textos recorren elementos culturales rusos a partir de una palabra, una imagen o una historia. “Lo fui escribiendo a partir de lo que me fascinaba: una canción de cuna, una película, un video, una obra de literatura contemporánea o muy antigua, incluso entradas de diccionarios”, indica.
Una de las letras, por ejemplo, remite a Шанго, Shángo, el nombre de un elefante que vivió durante la era soviética y que, según narra la naturalista Vera Chaplina, era capaz de expulsar a sus cuidadores y negarse a toda autoridad. La historia aparece bajo la letra Ш, en la página 147 del libro. “Si el león es el rey de la jungla, esa criatura era la reina del zoológico de Moscú”, escribe Berri, y reconstruye la transformación del animal a partir del vínculo con otra elefanta.
La autora aclara que su intención no fue escribir un ensayo académico ni una obra de análisis sociopolítico. “Es un libro de viaje a Rusia, pero desde las palabras y para los ojos de un explorador que, en lugar de cerrar la puerta a lo desconocido, la abre y se dispone a aprender”.

Una mirada a la cultura rusa
La idea del libro surgió a partir de materiales que quedaron fuera de un proyecto anterior titulado Diccionario de ruso. Cinco textos no incluidos en esa primera publicación fueron luego difundidos por la revista digital La forma breve. Esos mismos textos se integraron más adelante a Alfabeto ruso, que fue creciendo letra a letra hasta convertirse en una obra que, según Berri, “se sostiene solo a partir de la lengua, a partir de las letras”.
En la obra aparecen palabras que cruzan la estepa, escenas de películas soviéticas, publicidades, objetos, canciones, verbos con múltiples sentidos. “Algunos ensayos son más lingüísticos. Otros tienen un enfoque más cultural, como el caso del pan, que parece una palabra sencilla, pero que dice mucho sobre la historia y las tensiones de ese país”, añade.
Alfabeto ruso recibió el Premio de No Ficción Latinoamérica Independiente y será publicado en países como Argentina, México, Brasil, Colombia, Chile y España, además de ser traducido al catalán y al portugués.
Frente a la situación bélica del Estado ruso y las tensiones internacionales que ha generado, Berri sostiene que la literatura tiene un papel fundamental. “No puedo cancelar todo lo que hay allá. Además, hacerlo no resuelve nada. Me parece que el camino más sensato es conocer al otro, y ese es un vínculo que logra la literatura”.
¿Quién es Marina Berri?
Nació en 1982. Es licenciada en Letras y doctora en Lingüística. Ha recibido varios premios literarios, entre ellos el premio Haroldo Conti por Proyecto Gógol (2015). Entre sus obras están los libros Fantasmas, Diccionario de ruso, Verde botella, celeste aire y Moscú que ya no existe.
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