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ENTREGA DE LOS PREMIO (12882265)
María Teresa García durante la entrega de los Premios Mariano Aguilera, cuando fue reconocida por su trayectoria en la fotografía.Leonardo Velasco // EXPRESO

María Teresa García obtiene el premio Mariano Aguilera a la trayectoria artística

La fotógrafa sangolquileña María Teresa García recibió el reconocimiento en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito

“Nuestros esfuerzos han dado frutos. ¡Esta noche ganó la fotografía!”, exclamó emocionada María Teresa García sobre el podio del Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de la capital.

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A sus 79 años, la artista sangolquileña se convirtió en la primera fotógrafa en ganar el Premio Mariano Aguilera a la trayectoria artística, el galardón en artes más prestigioso del país y el más antiguo, con 107 años de historia. El reconocimiento y diez becas para la producción cultural se entregaron el viernes 17 de mayo, en una concurrida ceremonia y ante cientos de espectadores.

El jurado, conformado por Elvira Espejo (Bolivia), Elvis Fuentes (Cuba) y Ana Rodríguez (Ecuador), reconoció a García como una de las creadoras cuya producción ha sido un referente de la escena cultural ecuatoriana durante más de 20 años.

La artista empezó su larga carrera en Estado Unidos, a los 18 años, cuando aprendió a usar un cuarto oscuro para revelar sus fotografías. “Me obsesioné. ¿Qué habría sido de mi vida sin la fotografía? Esa amiga incondicional, amante inspiradora. Fotografiar para mí es una necesidad, porque la felicidad que tengo cuando disparo es casi como una iluminación zen", dice risueña.

Desde aquellas primeras experiencias, la fotógrafa ha realizado treinta y un exposiciones individuales y cuarenta y cuatro muestras colectivas en los principales museos y galerías de Ecuador y el mundo, entre ellas el Burden Gallery de Nueva York, The Contemporary Arts Museum de Houston y la Fundación Telmo de Buenos Aires.

La obra de García se enfoca sobre todo en las calles, en los sujetos, y ofrece a los espectadores hermosas imágenes llenas de ambigüedades, alusiones, metáforas y sugestiones; un universo donde lo misterioso se plasma en lo cotidiano.

Fotografiar para mí es una necesidad, porque la felicidad que tengo cuando disparo es casi como una iluminación zen”

Para la artista, el triunfo es además un reconocimiento que estaba pendiente al arduo y silencioso trabajo de los fotógrafos ecuatorianos. “Siento que este logro evidencia la lucha y el esfuerzo que yo, y otros antes que yo, hemos aunado para que la fotografía deje de ser el patito feo de las artes hasta considerarse como la técnica por excelencia del arte contemporáneo”, señala.

La exploración sobre sí misma y lo que la rodea, afirma, han sido sus cómplices en este devenir. “Más que un trabajo, la fotografía me ha permitido honrar a la vida”, dice. Paula Jácome, directora de la Fundación Museos de la Ciudad, habló sobre el valor de la labor fotográfica de la artista en la ciudad y su influencia en el quehacer nacional.

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Añadió que este año el Cabildo ha duplicado los montos otorgados a los artistas seleccionados. “Esta noche entregamos diez becas que ponen en valor el trabajo artístico y que buscan reflexionar sobre las temáticas actuales del arte contemporáneo, de las diversas formas de ser y pensar. Por su lado, el trabajo de María Teresa García ha generado importantísimos aportes, y contribuye a su vez a la construcción del relato histórico de esta nación”, indica.

El premio, además de reconocer su larga trayectoria, también hace a García acreedora a un incentivo de $40.000 y a una muestra que recogerá sus piezas emblemáticas. “Me parece maravilloso poder hacer una muestra antológica donde la gente vea el camino que he recorrido con mi cámara colgada al cuello”, señala la creadora.

Una niña muerta

María Teresa García gana el premio Mariano Aguilera
María Teresa García nació en Sangolquí, Pichincha, en 1945, y su pequeña ciudad fue desde siempre una de sus obsesiones.Leonardo Velasco // EXPRESO

El refrán dice que la curiosidad mató al gato, pero a María Teresa García, la curiosidad no la mató, sino que la lanzó en un camino imprevisto hacia la fotografía. No recuerda bien cuántos años tenía, pero sabe que era pequeña. Esculcando entre las cosas de su madre, halló una caja en forma de corazón. Adentro está la foto de una niña muerta, una ahijada de su madre. Los ojos vidriosos de la pequeña la impactaron, casi tanto como la idea de que, pese a que aquella chica ya no estaba en el plano terrenal, seguía existiendo a través de esa fotografía.

Después, tras concluir el colegio, se dedicó a viajar. Se mudó a Nueva Orleans, Estados Unidos, a los dieciocho años. Vivió en Manila y Yakarta, conoció París, Berlín y el Salar de Uyuni. Todos estos sitios los retrató no a través de prístinos paisajes, sino a través de su gente.

Cuando me enganché con la fotografía no paraba de mirar. Y nunca me he cansado de hacerlo”

Sin embargo, en las últimas décadas no solo recoge lo que sucede en las calles. Uno de los principales sujetos de sus fotos son sus nietas, a quienes ha retratado desde que nacieron. “Quiero que vean cuánto han crecido, que recuerden y revivan etapas de sus vidas a través de lo que he podido retratar”, explica.

100 maneras de mirar a Sangolquí

María Teresa García nació en Sangolquí, Pichincha, en 1945, y su pequeña ciudad fue desde siempre una de sus obsesiones. Cuando volvía de sus viajes, aprovechaba para recorrer la ciudad y mirarla desde cada ángulo, cada agujero, cada muro.

De esa búsqueda ha salido algunas de sus fotos más conocidas, como El patio de reunión, de 1985, que retrata a dos mujeres, cinco animales y un bebé en un patio interior; una poética imagen de la cotidianidad.

En 2022, publicó el libro de fotos El otro Sangolquí, que recoge calles, plazas, iglesias y cantinas, fiestas, juegos y ritos a través de los cuales construye un documento poético y etnográfico de su urbe.

Ya es hora de que la fotografía deje de ser la hermana bastarda del arte contemporáneo”

Para la fotógrafa, el premio Mariano Aguilera no es solo un galardón, sino un reconocimiento a la fotografía en el país.

La muestra que montará como parte del galardón, en 2025, verá la luz a sus 80 años. Pese a ello, no tiene ninguna intención de jubilarse. “Es algo que me da vida”, dice.

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