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María Belén Cedeño: "Miguel nunca creyó que iba a morir"

La relación de la exreina de la urbe con el presentador era muy estrecha y bonita. No solo era su hermano mayor, además lo veía como a su padre.

Belén Cedeño
Ella cristalizó uno de los sueños de su hermano, verla  convertida en reina.Gerardo Menoscal

En la vida de Miguel Cedeño existieron mujeres importantes: su madre Dora y su hermana María Belén Cedeño (25), quien se convirtió en su luz, su gran amor y desde los 8 años visualizó que ella iba a ser reina de Guayaquil. Así fue en 2015.

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En su casa, aunque la comunicadora (trabaja en el área de marketing y medios digitales en una agencia de comunicación) dice que es la casa del fallecido presentador del programa farandulero 'De boca en boca', de TC, concedió esta entrevista a EXPRESIONES en la que habló con mucho sentimiento, pero a la vez con fortaleza. 

Junto a nosotras también se encontraba su progenitora Dora, quien confesó que “siempre he sido muy sensible, pero mi hijo nunca me vio llorar, no podía hacerlo, luego tuve que pedirle a Dios que me lo permita. Soy una mujer de mucha fe, muy cercana a la Virgen María, quien también fue madre. Estoy convencida de que es la oración la que me ha sostenido”.

Admiramos la entereza de ambas. Algo que afirma aprendió de su hermano. El 28 de julio se cumplió un mes de su partida, producto de un cáncer linfático. Sus familiares ofrecieron una misa en Santa Teresita de Entre Ríos.

¿Cómo ha sido el primer mes sin su hermano?

Ha sido desgarrador, no tengo palabras para explicar lo que es perder a un hermano, a alguien tan importante. La muerte es algo que a todos nos llegará, pero nunca lo contemplé en esta etapa de su enfermedad.

¿Qué ha sido lo más duro de sobrellevar?

Esta es la casa de Miguel, él la compró. En su momento, mi mamá le pidió que compre una y lo hizo, fruto de su trabajo de muchos años. No se siente un vacío, porque no era un lugar para compartir, sino para descansar o disfrutar de una determinada celebración. Todos trabajamos y pasamos poco tiempo en ella.

El año pasado se fue de casa porque, desde que se conoció su enfermedad, casi no estuvo aquí, primero porque debió permanecer en Solca para ser atendido, luego estuvo donde mis tías. Lo que más duele es su ausencia en general. 

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En las mañanas tocaba la puerta de mi habitación fuertemente o la abría abruptamente para decirme que se iba. Yo preparaba el desayuno para mi madre y mi hermano, duele no verlo sentado en su silla. Tenía una energía desbordante, donde estaba se lo sentía, además, su voz tan característica.

¿En algún momento tuvo conciencia de que la muerte estaba por llegar?

Nunca creyó que iba a morir, tampoco pienso que se resignó, pero tuvo un estado de conciencia plena de su situación actual. El cáncer afectó algunos órganos, en los últimos días hubo más crisis, tuvo fallo renal y los pulmones se llenaron de agua. 

Por la retención de líquidos, su cuerpo se hinchó, además, se le colocaron vías para respirar y cuando se levantaba tenía que estar junto a un tanque de oxígeno, no podía mover su brazo derecho. Recuerdo que su último domingo en Solca, me pidió ayuda para levantarse de la cama y sentarse en el mueble, entonces me miró con sensatez en su rostro y reconociendo su estado físico, me dijo: ‘¿Cómo voy a vivir así?’. 

Era una persona activa y ya no podía moverse solo ni respirar bien. Nunca perdió la esperanza de vivir, pero pisó tierra. Cuando fue a 'De boca en boca' por el séptimo aniversario, hizo un esfuerzo. Tenía morfina para estar de pie, para resistir el dolor.

Miguel no se quedó quieto y disfrutó hasta el último día.

Era imposible detener a Miguel, a veces se extralimitaba. Cuando vino Ricardo Montaner quiso ir al concierto, regresó a casa medio desmayado; cuando estuvo en el aniversario de 'De boca en boca', ese día era el show de Karol G. Recuerdo que le pedí al productor Marlon Acosta que lo convenciera de que no fuera. No puso resistencia porque sentía dolor, el efecto de la morfina iba pasando.

¿Él nunca le prestó mucha atención a su salud?

Nunca se preocupó mucho por la salud, cuando tenía algún dolor se automedicaba. Siempre priorizó su trabajo, siempre vivió muy acelerado.

Son tres hermanos, sin embargo, con usted logró una conexión muy especial.

Andrés es el segundo. Miguel es el mayor, conmigo tiene 10 años de diferencia. Hay esa conexión especial, un amor que no tiene que ver con las palabras, sino de estar ahí, de actos. Nosotros construimos una relación más fuerte porque era mi hermano mayor, era como mi padre, la figura paterna, y soy la única mujer. 

Miguel Cedeño
En la misa que se ofreció por su primer mes de fallecido.Juan Faustos // EXPRESO

Sus sueños se cristalizaron en mí. Me convenció para ser aspirante al reinado de Guayaquil. Me metió en la cabeza que iba a ganar, no había otra opción, nunca pensé en perder. Creyó en mí, así también creyó que iba a vencer el cáncer. Por ello, jamás pensé que iba a morir.

¿En ocasiones, habla en tiempo presente de Miguel, no hay aceptación todavía?

Creo firmemente que él está aquí, sé que su cuerpo no está con nosotros, pero su espíritu sí. Hablo mentalmente con Miguel. Le pido que me diga que si quiere que diga algo, siempre le he perdido fortaleza al Espíritu Santo, pero ahora también le pido fortaleza a mi hermano. Siempre le consultaba todo, desde lo pequeño como una sesión de fotos hasta algo relacionado con un tema de trabajo. Ya no tengo a esa persona que me guiaba. 

Lo extraño, pero sé que se ha cumplido la voluntad de Dios, que donde se encuentra es mejor para él, ya no tiene dolor. Desde que supe de su enfermedad, entré en un estado de shock, que todavía lo vivo. 

Creo que mi hermano está de viaje, que aún no ha vuelto. Nos volveremos a ver, esa es la promesa de Dios, duele y me dolerá hasta que yo muera. Cuando lo extraño mucho pienso en el respiro que sentirá porque el cáncer duele todos los días, también se deprimía. Ya no quería hacerse más procedimientos, sobre todo cuando se afectaron sus pulmones. No se lo deseo a nadie, porque gritaba del dolor. 

En algún momento habrá que comenzar a poner en marcha lo que quedó en pausa.

Estoy en una etapa de crecimiento, a punto de empezar una maestría en Innovación, no sé si online o en alguna universidad. Debido a lo de Miguel puse en pausa algunas cosas, he tratado de retomarlas, pero lo que he priorizado es nuestra salud mental. Estamos muy afectados, no hay ganas de nada, aunque hago mis actividades normales, tengo mi trabajo.

Eso aprendí de él, continuar trabajando, me armo de valor porque duele. Tratamos de llevar un duelo como se pueda, con mucha oración. Además, mi mami y mis tías Dolores y Elvira, quien le cocinaba rico, están muy afectadas emocionalmente. Para mi tía Dolores, que es soltera, Miguel era su hijo. Él estaba repleto de mamás. En esta familia no existen los sobrinos, todos somos hijos de todos.

Belén Cedeño
Ha recibido propuestas políticas.Gerardo Menoscal

Aunque ustedes tienen a su padre vivo, él siempre se mantuvo al margen.

Es una persona que no vive con nosotros, no se encuentra en la ciudad. No tiene presencia en nuestras vidas. Todos estamos adultos, sabemos qué podemos hacer y qué no. A veces hablo con él.

¿La ‘herencia’ que le dejó su hermano, humanamente hablando?

Miguel es mi ejemplo a seguir, porque la forma que tengo de ser y actuar la heredé de mi hermano, su actitud positiva, hacía servicio a través de su segmento 'Guerreros de vida', siempre dispuesto e incondicional. Pensaba en los demás.

No quiso que preocupemos a mis tías cuando lo llevamos a UCI, donde murió; cuando le detectaron la enfermedad y se lo llevó de emergencia a Solca, la primera vez en diciembre de 2021, aunque lloraba del dolor, no podía caminar y yo debía sostenerlo, se preocupó por un problema que tengo en la espalda, pensó en que me podía lastimar. He analizado eso, entregado siempre a su familia.

No se quedó viendo la ventana, siguió con su vida. Hizo lo que quiso. Cumplió sus sueños y cuando se enfermó, Dios le dio la oportunidad de crecer en su fe. Un día antes de fallecer oró fervientemente, sin saber lo que iba a pasar. Un sacerdote lo visitó casi a las 22:00 del lunes 27 de junio, le puso la unción de los enfermos, murió pasada la medianoche (el 28) de un paro respiratorio. Su cuarto está intacto y así continuará, algunas prendas se las llevaron algunos amigos, entre ellos Marlon Acosta y Mauricio Altamirano.

¿Seguramente su hermano habría querido que usted participe en otro reinado?

No descarto nada, ya no está él. No sería la misma satisfacción para mí. Alguien me dijo en el velorio que debería pensar en otro reinado. Hay muchos anhelos que se quedaron ahí.

Aunque es comprensible su tristeza, ha sido muy valiente durante la entrevista.

(Sonríe) Trato de hacer su voluntad. Le habría gustado verme regia, que hable positivo; cuando yo era reina, analizaba mis palabras, si era necesario me corregía. Pese a que todos estamos tristes, quiero que la gente lo recuerde con esa energía positiva.

He aprendido a manejar mis emociones. Pude haber llorado en esta entrevista, pero lo hago en mi intimidad, donde puedo desfogar y pedirle a Dios fuerza, porque no es fácil. Mi motivación es hacer la voluntad de Miguel.

Belén Cedeño
La motivación de María Belén es hacer la voluntad de su hermano.Gerardo Menoscal