Un baño de energía para iniciar el año
Sanadores espirituales realizan limpias en tiempos de pandemia. Intentan fortalecer la salud emocional para enfrentar la situación
En medio del aroma que emanan las flores y hierbas que utiliza para las sanaciones, Rocío Naveda atiende a sus clientes, quienes llegan en menor cantidad por efecto de la pandemia. El ritual de florecimiento practicado por la sanadora es un legado de la medicina ancestral.
Indígenas de la selva no festejan la Navidad
Leer másPasar el huevo para el mal aire es una ceremonia clásica y un ejemplo de las milenarias formas de sanación practicadas por Naveda, quien nació en Ticzán, provincia de Chimborazo. Desde niña se interesó y vinculó con ‘taitas’ y ‘mamas’ indígenas de quienes aprendió los saberes ancestrales. Se convirtió con el tiempo en maestra sanadora calificada por el Ministerio de Salud. Desde hace 20 años vive en la Alborada, barrio guayaquileño de clase media, ubicado en el norte de la ciudad.
Para las limpias utiliza elementos naturales como agua mineral, rosas y otras flores, anís, romero y laurel, entre otros productos que le provee la ‘madre tierra’. Los hierve y al enfriarse echa esa agua sobre el cuerpo del paciente; esto servirá para limpiar de malas energías y dar buena suerte durante el año venidero. “Las energías pueden ser positivas o negativas, unos se inclinan a la claridad y otros a la oscuridad”, comentó.
Los baños comienzan después de la Navidad, cuando ha pasado el tiempo de entrega de regalos y la cena. Rocío recomienda que se realicen hasta el 15 de enero. La época actual marcada por los problemas económicos generados en gran parte por la pandemia, ha hecho que la concurrencia de clientes disminuya. Actualmente, en una modalidad distinta por la coyuntura que se vive, la sanadora entrega la receta y la gente prepara y aplica el baño de sanación en sus casas.
Según Naveda, los baños simplemente limpian el cuerpo del ser humano para que la energía positiva de cada uno fluya, la limpia no va a alejar al virus, va a ayudar a la persona a relajarse y perder el temor, que atrae involuntariamente el contagio. La energía que viene del solsticio de invierno (inicia el 21 de diciembre) abre una nueva etapa de vida, es el inicio de un nuevo ciclo, es cuando se debe sembrar y cuando las primeras lluvias caen.
El curandero utiliza sus métodos
En Guayaquil hay maestros sanadores que están en permanente contacto con las comunidades y con los centros de salud para coordinar las actividades que conforman la medicina ancestral. Según Valentín Espinales, sanador, “nosotros sanamos enfermedades que la medicina occidental no puede sanar, por ejemplo una persona ojeada necesita de la medicina ancestral, se recurre a pasar el huevo y a una oración para que se pueda sentir mejor”, mencionó el maestro sanador.