Víctima mortal de sicariato en Universidad de Santa Elena fue despedida con nostalgia

En la iglesia Virgen del Carmen y San Benito, en el corazón de La Libertad, el silencio pesaba como nunca antes. No era solo una misa. Era el último adiós a Daniela Guiselle Figueroa Guale, una joven universitaria de apenas 20 años, cuya vida fue truncada por la violencia que asfixia al país.

Flores blancas, lágrimas contenidas y abrazos que decían más que las palabras. Así despidieron familiares, amigos y compañeros a Daniela, una estudiante del cuarto semestre de Educación Básica en la Universidad Estatal Península de Santa Elena. Este domingo 18 de mayo, el templo estuvo colmado, no por rutina religiosa, sino por el dolor compartido de toda una comunidad que aún no logra entender por qué.

“Estudiante brillante, con grandes sueños y proyectos. Tus manos estaban llenas de apuntes y tu mente enfocada al éxito”, expresó una de sus compañeras entre sollozos. En su voz temblorosa se mezclaban el amor, la admiración y la rabia.

Quién era la estudiante que murió por el sicariato en la Universidad de Santa Elena

Daniela no solo era aplicada, era la alegría del aula, la chispa que iluminaba los días grises de sus compañeros. Desde pequeña destacó en sus estudios, llegando a portar con orgullo el estandarte del cantón La Libertad, un reconocimiento reservado solo para los mejores. Su vocación estaba clara: quería ser maestra, formar generaciones, dejar huellas.

Pero el destino fue cruel. El pasado viernes, en las afueras de la universidad, una ráfaga de disparos rompió la rutina académica. Daniela fue víctima colateral de una balacera dirigida contra un vendedor de caramelos, Josué Aroon Cochea Pincay, quien también perdió la vida. La violencia no distingue ni sueños ni edades.

En redes sociales, sus amigos compartieron una ilustración que se volvió símbolo del duelo: una caricatura de Daniela sonriente, vestida con traje típico, mientras una paloma blanca sobrevolaba su figura. Una imagen que intentaba ofrecer algo de consuelo en medio de tanto dolor.

“¿Cómo vamos a olvidarte si siempre fuiste la alegría del paralelo? Muy estudiosa, respetuosa y amiguera. Duele mucho tu ausencia, pero sabemos que tenemos un ángel en el cielo que nos guiará para cumplir nuestras metas”, recordó una de sus compañeras, con la voz quebrada por el llanto.

El tiroteo también dejó a otra joven estudiante gravemente herida. Ella se encontraba embarazada de 28 semanas y, tristemente, perdió a su bebé. Santa Elena entera se encuentra consternada, atrapada en una pesadilla que parece no tener fin.

Frente al horror, la universidad ha optado por suspender las actividades presenciales. Desde este lunes 19 de mayo, las clases y labores administrativas se llevarán a cabo de forma virtual hasta que existan condiciones mínimas de seguridad. “Las plataformas virtuales permanecerán habilitadas para asegurar la continuidad de las labores”, reza el comunicado de la institución.

Mientras tanto, las investigaciones continúan. Según testigos, dos hombres en una motocicleta de alta cilindrada fueron los responsables del ataque. Uno de ellos descendió del vehículo y disparó directamente contra el comerciante.

La policía informó de la aprehensión de un ciudadano que habría prestado dinero a Cochea Pincay, ya que la hipótesis principal apunta a un crimen motivado por una deuda, es que según las indagaciones un día antes lo habrían amenazado de muerte por no pagar.

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