Tragedia en universidad de Santa Elena: bebé pierde la vida y su madre queda herida
El hijo de una de las víctimas nació por cesárea de emergencia, pero no resistió. La comunidad clama justicia
El viernes 16 de mayo, poco después del mediodía, el sonido de los disparos rompió la calma en los alrededores de la Universidad Estatal Península de Santa Elena (UPSE). En segundos, el pánico se apoderó de estudiantes, docentes y vecinos que presenciaron una escena desgarradora: un joven yacía sin vida en el interior de la universidad, mientras otras dos estudiantes universitarias habían caído bajo el fuego cruzado unos metros más adelante, cruzando la puerta de ingreso.
Un comerciante y una estudiante, entre las víctimas mortales
Una de ellas, Daniela Giselle Figueroa Guale, de apenas 20 años, murió en el acto. La otra, Mónica Rosalía Limones Soriano, embarazada de 28 semanas, fue trasladada de urgencia al Hospital Liborio Panchana. Allí, los médicos intentaron salvar la vida de su hijo mediante una cesárea de emergencia. El neonato logró respirar durante algunas horas, pero falleció poco después.
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Mientras el país lamenta la pérdida de otra joven vida, Mónica permanece internada en estado crítico. Fue trasladada la madrugada del 17 de mayo a una casa de salud en Guayaquil, donde se encuentra bajo vigilancia intensiva. Su familia, oriunda del poblado de Pechiche, en la parroquia Chanduy, ha pedido respeto y se aferra a la esperanza.
“Confiamos en Dios que va a salvarse. Los milagros existen cuando hay fe”, se lee en una de las tantas cadenas de oración que circulan en redes sociales.
Compañeros y docentes han manifestado su impotencia ante lo ocurrido
Daniela Figueroa era estudiante del cuarto semestre de Educación Básica. Horas antes del ataque, había participado en un ensayo de baile junto a sus compañeros, preparando una presentación cultural prevista para la semana siguiente.
“Hace unas horas estábamos riendo y bailando juntas, y ahora estoy llorando tu muerte. Qué impotencia, qué desesperación”, escribió una de sus amigas, aún en estado de shock por la tragedia.
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La comunidad universitaria está devastada. La UPSE decretó tres días de luto institucional y activó su equipo de atención psicológica para acompañar a los familiares y compañeros de las víctimas. La Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) también se pronunció, exigiendo justicia y una investigación exhaustiva.
Las estudiantes, víctimas colaterales de la tragedia
Según la Policía Nacional, las estudiantes fueron víctimas colaterales. El blanco del ataque habría sido Joshué Aroon Cochea Pincay, un vendedor informal de 24 años que ofrecía caramelos a la salida de la universidad y que también murió en el sitio.
El coronel Jorge Hadathy Buchelli, jefe del Comando Policial de Santa Elena, informó que Cochea había sido amenazado un día antes por un prestamista al que le debía dinero.
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“Se conoce que había recibido una cantidad y no había pagado”, explicó el oficial.
El ataque, sin embargo, no solo cobró la vida de un comerciante, de una estudiante y de un bebé, sino que dejó a toda una comunidad fracturada por el miedo.
En redes sociales, los mensajes de indignación se multiplican. “No se puede ni estudiar tranquilos sin temor a morir”, escribió un estudiante.
Otros cuestionan la escasa presencia policial en los alrededores del campus, una demanda que ha sido reiterada por los vecinos de la zona, quienes han denunciado que se trata de un sector peligroso, donde los robos y amenazas son frecuentes.
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