Los horarios de corte de servicio de energía eléctrica programados por la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL), desde la semana pasada, han ‘apagado’ a la mayoría de los negocios ubicados en Urdesa y Miraflores, en el norte de Guayaquil. Unos se ven obligados a bajar las puertas de sus locales, otros se resisten a hacerlo.

Aunque el horario de corte de luz de esta semana difiere con el de la anterior, para los comerciantes, estas disposiciones les está pasando una gran factura. La semana pasada, estos sectores se quedaron sin luz desde las 21:00 hasta la medianoche, lo que les significó cerrar sus puertas a las 20:30 para lograr cuadrar la caja, dejar limpio el local y todo en su lugar antes de que la oscuridad se tome el sector.

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Andrés Pineda junto a sus dos hijas pensaba disfrutar de una gran copa de helado en Frutabar. Ellos estaban ilusionados. Sin embargo, Pineda se sorprendió cuando vio que estaban colocando las rejas, gritó enseguida, desesperado: “¿Puedo comprar algo? ¿Copa Frutabar?”. “¡Está cerrado ‘brother’!”, le respondieron. “¡Mira, las niñas quieren!”, insistió.

Desde la Alborada, Pineda se había trasladado hasta Urdesa, pero se quedó con las ganas. En cambio, María Paula Ortiz y su familia tuvo que comer rápido en KG wings & ribs, porque la luz se iba. Todos los comensales también tenían que hacerlo, faltaban menos de cinco minutos para las nueve.

De pronto, todas las luces del alumbrado eléctrico se apagaron. Lo único que alumbraba la noche eran los faroles de los vehículos que transitaban por la avenida Víctor Emilio Estrada.

Esto ha sido un golpe duro para los restaurantes, expresa Justín Orellana, cajero de Frutabar, porque están atendiendo a poca gente. Además, de que pocos saben a qué hora se va la luz en el sector; se sorprenden de que no puedan quedarse y llaman a un auto para que los vengan a ver, comenta. “Uno trata de explicarles que en todo el sector de Urdesa se va la luz a las nueve de la noche”.

Y es que tras el levantamiento del toque de queda, todos quieren recuperarse. Para Jonathan Tamais, supervisor del restaurante Mesón Andaluz, los cortes son insostenibles. Un viernes, el local siempre estaba lleno; pero ese día, solo habían atendido a dos clientes. El restaurante tiene capacidad para 55 personas. “El impacto ha sido bastante fuerte y afecta demasiado la economía”.

En cambio, para Papa Ali cerrar su local es impensable. Él tiene un local de shawarma en la avenida Víctor Emilio Estrada y Guayacanes; el que pasa por allí, ve una luz en medio de la oscuridad. Este libanés alumbra su negocio con los faroles de su automóvil, medio subido a la acera, como quien intenta ingresar al parqueo. Adentro del local, sus clientes comen a la luz de un foco de emergencia recargable y le dura unas cuatro horas.

Vio el foco en una propaganda y lo compró. Él trabaja hasta las 23:00. A su criterio, en la noche no debería cortarse el suministro eléctrico porque “toda la gente sale a comer”.

En lo que iba de la noche, Adrian Rizzo, dueño de un carrito de comidas rápidas, ubicado casi en la esquina de la avenida Víctor Emilio Estrada y Guayacanes, solo había conseguido $ 150. Otro viernes, a esa hora, 21:30, ya habría vendido $ 350. Él no puede darse el lujo de cruzarse de brazos, dice, por lo que compró un generador eléctrico portátil. De esa forma alumbra su carreta y atrae a sus clientes en plena penumbra.

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Pero el local El Auténtico resplandece en toda la calle Guayacanes. Es el único sitio que tiene luz. José Massuh lo vio alumbrado y escogió este sitio para cenar shawarma con sus hijos; había conducido desde Samborondón, porque allá también se había ido la luz. A él le preocupa la situación, “no sé qué pasa con los gobiernos que no prevén todo esto para no pasar por estas penurias”.

Para no cerrar, Marwan Khomassi, propietario de El Auténtico, invirtió más de $ 1.000 en un generador. En su opinión, Urdesa debe carecer de luz solo en la mañana, el resto del día no.

De igual manera opinan en otros puntos de la ciudad, como el centro, la Alborada, Guayacanes, Sauces..., donde hay restaurantes, además de bares.

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