
Urdesa, 70 años después: entre el florecimiento urbano y el reto de la seguridad
En mayo de 1955 se cristalizó esta "ciudadela jardín" que hoy lucha por no perder su brillo, a pesar de los años
Epicentro de tantas anécdotas, comidas familiares, rezos, tertulias y ‘farras’ que recuerdan jóvenes y los de la vieja guardia: Urdesa cumple 70 años. En mayo de 1955 se hacían públicos los primeros sobrevuelos de los terrenos que explotaría la Urbanizadora del Salado. No obstante, la ciudadela que celebra hoy no es la misma de antaño.
El inevitable paso del tiempo y éxodo de residentes
Esto se debe, en parte, a que ya no residen allí los apellidos ‘ilustres’ de familias que confiaron en un proyecto de “ciudadela jardín”, como explica Javier Castillo, experto en edificaciones y su historia. “Las viviendas carecían de cerramientos altos; querían que fuera agradable, caminable”, cuenta, detallando el carácter residencial de Urdesa, donde el verdor y la apertura visual eran fundamentales
“Los chicos salían a pasear; hacíamos las fiestas bien bonitas en el parque de Urdesa, con orquesta, con todo”, rememora Martha Béjar, presidenta vitalicia de la Agrupación Cívica, Social y Cultural de Urdesa (Accur); lo hace con el cariño con el que una mujer de 85 años recuerda su juventud.
Tanto valor emocional tenían las calles ‘urdesinas’, que ella dedicó media vida a la agrupación para cuidar su imagen y su identidad; un legado que hoy se percibe diferente. “De la gente verdaderamente antigua, ya murió casi toda”, lamenta. “Quedan pocos: sus nietos. Algunas propiedades cambiaron de mano; otros migraron a La Puntilla (Samborondón) por la inseguridad”, dijo a EXPRESO, detallando el éxodo de linajes que quedarán solo en antiguos documentos.


De lo residencial a lo comercial
Naturalmente, el giro comercial que se desarrolló décadas después hizo de Urdesa una ciudadela híbrida, con empresas que apostaban por su céntrica ubicación.
Esta también enamoró a emprendedores que construyeron su vocación en torno a las oportunidades que ofrecía la zona: eso en sus arterias principales, porque detrás de esos solares se extienden los hogares que hoy exigen que su tranquilidad no siga siendo coartada por el principal antagonista de su historia: la delincuencia.
Edmundo Jordán, líder de Asolomas (asociación de Lomas de Urdesa), cree que entre los retos hay muchos, “pero lo principal actualmente es la seguridad”, enfatiza a este Diario. Y aunque hoy la situación es estadísticamente peor, no es un fenómeno nuevo, como ya ha contado EXPRESO en ediciones pasadas. Javier Castillo sitúa el quiebre en los años ochenta, cuando la inseguridad creciente obligó a los residentes a sacrificar la estética original de las casas: “Hubo que hacer desaparecer muchos jardines y tuvieron que subirse los muros, ‘enrejarse’ todo el mundo”, describe Castillo.

Hoy, si los muros no pueden subirse más, las fachadas se adornan con cámaras de seguridad que familias y negocios adoptan casi como un acto de fe, porque la Policía no brinda al sector las suficientes garantías. Y allí radica el otro reto: unir a la comunidad para mantener la integridad de la ciudadela.

Urdesa vs. La inseguridad
En la historia cívica de Urdesa hay un hito de seguridad pionero: el Puesto de Auxilio Inmediato (PAI) ubicado en su ingreso principal. Este no fue un puesto cualquiera; fue "el primer PAI del Ecuador", rememora con orgullo Martha Béjar
La iniciativa, impulsada durante la gobernación de Oswaldo Molestina, se materializó gracias a un notable esfuerzo comunitario. "A mí me pusieron a recoger la plata", cuenta Béjar, detallando cómo "todos los urdesinos pusieron" su parte, sumando 18.000 sucres de la época para levantar este puesto, cuyo modelo se inspiró en los CAI (Comandos de Atención Inmediata) de Colombia y que se convirtió en un temprano símbolo del anhelo de protección del barrio.
Tras pasar por diversas etapas, incluyendo periodos de abandono como los que afectaron a otras unidades en la ciudadela, este emblemático PAI ha sido recientemente revitalizado. La estructura ha cobrado nueva vida al ser repotenciada e integrada al proyecto Estación de Acción Segura, del Municipio de Guayaquil.
Sin embargo, para líderes barriales como Nancy Grandes, quien participa activamente con Accur y el colectivo "Urdesa en Acción", la reactivación, si bien es un avance significativo, necesita un componente esencial para su plena efectividad.
"Sería importante que también la Policía se una", sostiene Grandes. En su opinión, la presencia de agentes de la Policía Nacional es crucial, ya que "ese policía es el que puede detener legalmente a un ciudadano, es el que puede disparar en caso de ser atacado".
Unir a todos los 'urdesinos' es otro reto
Otro responsable de las fragilidades en seguridad es la brecha generacional y llegada de nuevos vecinos a Urdesa, factores que dificultan los intentos de cohesión vecinal.

Así lo analiza Susan Salinas, otra líder barrial que trabaja por la seguridad.
“Hay una mezcla de residentes antiguos (con apego al barrio) y nuevos, con intereses y hábitos distintos. Esta diversidad genera interacciones conductuales diferentes; a veces complementarias, a veces conflictivas”, argumenta Salinas, quien también es psicóloga.
Lo bueno e irónico es que, aun por separado, han sabido agruparse, apostando por la memoria colectiva para recuperar los tiempos en que Urdesa era sinónimo de zona tranquila.
“Muchos vecinos de la ciudadela muestran una fuerte conducta de autogestión: colocan cámaras, financian seguridad privada”, rescata Salinas, pero coincide en que se deben articular todos los esfuerzos con menos individualismo.
“Identificar que al trabajar como conglomerado se pueden obtener cambios que beneficien al barrio”, argumenta, invitando a los ‘urdesinos’ a involucrarse más con la participación ciudadana.
Movilidad, otra deuda pendiente
Arturo Stacey, ciclista y residente de Urdesa por casi 45 años, visualiza una ciudadela donde la movilidad priorice al peatón y los medios alternativos. Urdesa, en su diseño original, "estuvo diseñada para que hubiera movilidad entre ellas con las peatonales", recuerda Stacey, un concepto que considera fundamental rescatar.

Para concretar esta visión, Stacey insiste en la necesidad de implementar "ciclovías" y evoca un proyecto municipal anterior que ya contemplaba una Urdesa con "autos en espacios restringidos". El objetivo final, sentencia, es alcanzar esa "Urdesa que todos anhelamos tener y que no sea llena de autos"
A pesar que el alcalde Aquiles Álvarez aseguró en sus redes sociales que este 11 de mayo se empezaría con el proyecto de peatonalizar Urdesa los domingos, nunca se concretó. Entre vecinos, se comenta que están socializando realizarlo, ahora sí, el siguiente domingo (18 de mayo).
La urgencia de un encuentro generacional por el barrio
Setenta años después, Urdesa se debate entre la añoranza de su diseño original y la crudeza de su presente. Los desafíos pendientes son tan numerosos como sus calles en abecedario. Martha Béjar insiste en la urgencia de atender la crítica situación del estero Salado. La preservación de su infraestructura patrimonial también es prioritaria, especialmente considerando la compleja movilidad en sus arterias comerciales; un tema que, según la dirigente, requiere soluciones de fondo más allá de medidas paliativas.
Y por amor a una ciudadela que atesora lustros de recuerdos, urge rejuvenecer el sentido de pertenencia.
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