Guayaquil

Sin rampas a la vista, el diario sufrir en la Martha de Roldós

Los vecinos piden construir al menos 40. El Cabildo dice que se han ejecutado dos. Para la ciudadanía dos son nada, alertan estar en riesgo

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Dificultad. Para aquellos que se movilizan en silla de ruedas, las escaleras no son una opción viable. Frente a ello, deben pedir ayuda a otros para que los carguen y puedan solo así transportarse a sus destinos.CARLOS KLINGER

Son nueve sectores los que conforman la ciudadela Martha de Roldós, que cumplió 40 años. Este barrio, tras una serie de quejas, finalmente fue escuchado para tener ya los ductos cajones que impidan que en cada invierno se inunden; pero a la vez tiene otros problemas que no han sido resueltos, y este tiene que ver con los malos olores que emanan sus alcantarillas y los problemas de movilidad que en el sector persisten.

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Y es que el barrio está repleto de escalinatas que se conectan con los parques, con la avenida principal y con decenas de manzanas. Hay escaleras que son imposibles de esquivar por los residentes porque son una ruta fija de paso, y en estas precisamente no hay rampas. Los moradores más longevos, que son muchos, aseguran a EXPRESO que sus dolores de artritis o típicos de la edad se han complicado.

Si no tienen un bastón a la mano o van acompañados de un familiar o vecino, pues simplemente tienen que ser testigos de ver al resto pasar. Ellos, en cambio, deben quedarse en casa.

Situación.Moradores ya han hecho en repetidas ocasiones el pedido para la colocación de rampas al Municipio.

Hay casos como el de Carlos Porro, residente de la manzana 200, que debe usar una silla de ruedas, pues perdió su pierna en un accidente. Él junto a su esposa Mitsu Orrala deben buscar la forma, a diario, de bajar a la principal.

“A veces lo hacemos en un grupo de tres por las escaleras, en otras ocasiones toca ir por una “rampa” que da la vuelta a todo un parque y por ahí lo bajamos. Aunque la rampa no llega hasta la bajada de la calle, igual toca hacer un esfuerzo para bajarlo. Es un trabajo completo y para mi esposo, agotador”, señala Orrala.

Ante esta problemática, EXPRESO se comunicó con el Municipio de Guayaquil para conocer cuándo y cuántas rampas se levantarán de forma inmediata para darle respuesta a la comunidad. Desde el departamento de comunicación, el Cabildo informó que se han construido dos rampas, ubicadas en la onceava peatonal 38ª noroeste y en la primera peatonal 38ª noroeste. Señala que además, en el nuevo proyecto de reconstrucción que harán, se incluye la elaboración de rampas en 16 sectores, pero no precisa cuándo.

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Estructura. Pocas escalinatas cuentan con barandales. En las que están estos soportes, la comunidad las ha colocado por cuenta propia.CARLOS KLINGER

“Se han hecho estas rampas, pero pocas, apenas dos y solo cerca de la principal. Necesitamos muchas, al menos 40, y para los sectores donde hay más gente mayor”, advierte Dannis D´Lucca, miembro del comité barrial de la Martha de Roldós; quien junto a los vecinos ha exigido al Cabildo la construcción de estas estructuras, sin tener respuesta pronta ni satisfactoria.

Es necesario que se construyan al menos unas 3 a 5 rampas por sector, unas que sean internas y otras que den a la principal, eso sería lo ideal, unas 40. No dos.

Dannis D´Lucca, presidente del comité barrial de la ciudadela Martha de Roldós
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Iris Villamar, residente de la zona, tiene dificultades para caminar y las escalinatas no ayudan a su dolor, mucho menos a su caminar y facilidad de salir al mercado. “Hay días en que puedo caminar sin bastón, otros que no, pero todos los días debo bajar por esas escaleras y es molestoso, complicado, para colmo, no todas tienen un pasamanos. Nos toca equilibrarnos como podamos y rogar por ayuda”, aqueja Villamar.

Asimismo, Horacio Gamboa, de 64 años y morador de la manzana 100, relata que cada día sale de su casa al mercado junto a su esposa, quien lo ayuda siendo un soporte para descender los 15 escalones que se interponen entre él y su trayecto. “Hace casi seis años me caí en medio de una reunión con amigos, cuando eres joven esos tropiezos son insignificantes, pero de viejo te pueden quedar secuelas de algo leve como una caída... Yo ahora uso bastón para caminar y bajar las escaleras, de por sí irregulares, incómodas, me toma largos minutos para algo que no me debería tomar más de 30 segundos”, lamenta.

Yo necesito que sean construidas las rampas, si o sí. Estoy en silla de ruedas, mis opciones para bajar se limitan a tramos más largos o a que toda mi familia me baje.

Carlos Porro, morador

Para los moradores, lo que ven no es más que “indolencia” municipal. “A los adultos mayores nadie les para bola. Tenemos que rogar por obras cuando deberíamos, al menos, tener la libertad de pasear por el barrio sin riesgo a matarte”, señaló Emilia López, de 67 años.