“Quisiera una varita mágica para hacer el día más largo”
Cambiar su look, preparar la cena, algunas actividades previstas en el último día del 2019. Unos se van y otros llegan para pasar con sus familias.
El año está por terminar y, como es costumbre, sus últimas horas están marcadas por un sinnúmero de actividades que realizan las personas para dejar lista la celebración del 31 de diciembre. El trajín es diferente, pero todo vale para recibir al nuevo año.
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Leer másLas peluquerías, gabinetes de belleza, supermercados, la terminal terrestre, entre otros lugares, evidenciaron ayer un mayor movimiento.
Sujetando en sus manos cinco fundas plásticas repletas de alimentos, Marcia Carriel, de 45 años, sale de uno de los supermercados de la urbe luego de adquirir los ingredientes con los que preparará la cena de fin de año. Está atareada porque también debe sacar turno en una peluquería, donde planea realizarse un cambio de look.
Jazmín Benítez,
ama de casa
Para ella, el 31 de diciembre es un día muy ajetreado. “Quisiera tener una varita mágica para hacer el día más largo para poder hacer todo lo que tengo previsto”, comentó esta ama de casa, quien los 31 de diciembre se levanta más temprano que de costumbre para hornear el pavo y cocinar los alimentos. Además, se da tiempo para arreglarse y recibir a los familiares que llegan a su casa a recibir con ansias el nuevo año.
Pero no es la única persona ajetreada en esta fecha. Maritza Fernández, de 20 años, por ejemplo, se hizo un nuevo look porque quiere recibir el nuevo año mucho más bonita. Para lograrlo tuvo que separar turno en un gabinete de belleza con dos días de anticipación.
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Leer másA pesar de aquello, igual tuvo que esperar más de una hora para ser atendida, pues en la peluquería el personal no se daba abasto para atender a la gran cantidad de clientes. “Estas fiestas son estresantes, pero vale la pena cualquier sacrificio para recibir radiante el nuevo año”, manifestó.
En otro punto de la urbe, Camila Mendoza, de 25 años, se abría paso entre la multitud de personas que copaban el sector de la bahía. Ella buscaba un vestido rojo para lucirlo esta noche. “Lo quiero de ese color porque dicen que así se atrae el amor”, dijo con algo de picardía, mientras apenas se podía probar la prenda porque detrás de ella había decenas de personas que deseaban hacer lo mismo. “Es una locura querer comprar algo en estos días. La próxima vez haré las cosas con tiempo”, añadió la joven, que recibirá el año nuevo en Salinas junto a sus familiares. “Viajaremos desde Guayaquil a las 07:00 para llegar pasadas las 09:00. Nos gusta disfrutar de la playa durante la mañana y en la noche cenar en familia”.
Ángel Parrales,
oriundo de la provincia de
El Oro
En cambio, Christian Lozada y su esposa Ana Andrade llegaron desde Riobamba a Guayaquil para recibir el 2020 junto a sus compadres. “En el día visitaremos algunos sectores turísticos y en la tarde ayudaremos a los compadres a preparar la cena de fin de año”, mencionó Ana a su arribo a la terminal terrestre.