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Guayaquileños posan junto juntos en el malecón del Salado.CHRISTIAN VINUEZA

¿Qué es ser guayaco? La ciudad en las palabras de sus residentes

El orgullo se agiganta a pocos días de celebrarse los 205 años de independencia. El buen corazón, el espíritu local

El empresario, la madre, el comerciante, el transportista, la figura pública e incluso el extranjero que escogió a Guayaquil como su hogar coinciden en algo esencial: esta ciudad es un lugar para crecer, construir sueños y ser feliz. Y en el corazón de esa experiencia está el guayaquileño, con su calidez y su capacidad de hacer sentir a cualquiera como en casa.

Pese a las dificultades y a los episodios dolorosos que han marcado la vida de la urbe en los últimos años, el amor hacia la ciudad permanece intacto.

¿Qué significa ser guayaco para su gente? 

 Los testimonios recogidos por EXPRESO reflejan un sentimiento común: el cariño por Guayaquil no se negocia. Ser guayaco significa sostener viva la esencia hospitalaria, solidaria y trabajadora que caracteriza a sus habitantes, incluso frente a la adversidad.

Expertos y ciudadanos coinciden en que el mayor valor de Guayaquil es su gente. Para la catedrática Yomira Paz, la resiliencia y la defensa de los derechos se han convertido en un sello inconfundible del guayaquileño. Mientras que el sociólogo Homero Ramírez resalta la capacidad emprendedora y la riqueza cultural de una ciudad que es mucho más que los titulares de violencia.

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En barrios, calles y comunidades, el espíritu combativo sigue vivo. “No nos rendimos y menos lo haremos ahora”, afirma la líder barrial Ingrid Carrera. En la misma línea, el abogado Javier Velecela sostiene que el orgullo guayaquileño reside en su temple indomable y en la fuerza heredada de sus raíces huancavilcas, una voluntad que se manifiesta cada día al levantarse y seguir adelante.

La esperanza tampoco se apaga. Para la doctora Ariana Veloz, el guayaquileño continúa emprendiendo, estudiando y soñando, mientras que el periodista Fabián Meza rescata el carácter acogedor y la riqueza gastronómica de la ciudad. La madre Sheily Lozano y el historiador Eduardo Estrada coinciden en que, a pesar del contexto, la gente conserva su buen humor, su disposición y su alegría como bandera.

En vísperas de sus 205 años de independencia, Guayaquil confirma que su mayor fortaleza es la unión y el compromiso de su ciudadanía. Como expresó la educadora Emilia Prieto, incluso en medio del miedo, los niños recuerdan con sus sonrisas que hay motivos para seguir soñando. Y como añade el escritor venezolano Jean Belandria, quien fue adoptado por la ciudad: Guayaquil tiene una esencia única que abraza a todos. Ese es el verdadero legado guayaquileño: una identidad que no se rinde y que, pese a todo, siempre se levanta.

Malecón 2000
El Malecón 2000 es uno de los sitios más representativos del guayaquileñismo.Joffre Flores

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