
Perdidas en su propio hogar: el regreso de las aves tras poda en Puerto Santa Ana
Video capta la desorientación de la fauna al volver a los árboles cortados. Caso similar ocurrió en la cdla. Las Garzas
La poda de los árboles de este 13 de agosto, por parte del Municipio de Guayaquil en Puerto Santa Ana, ha generado controversia e indignación. El Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE) atendió las denuncias animalistas y asistió al sitio a realizar una inspección.
Inspección del MAATE cambió de versión
Pero cambiaron de versión en el transcurso del día. En una primera publicación, realizada a las 18:53 del 13 de agosto de 2025, la cartera de Estado confirmó que el "desbroce" se realizó "sin permisos municipales".
Ese tuit fue borrado y reemplazado horas después por uno nuevo que omitía este dato crucial de no tener permisos, limitándose a informar que, tras dicha inspección, "no se observaron nidos activos de aves ni afectación a la fauna del lugar".
#Guayaquil | #NuestrosTécnicos de Bosques y Vida Silvestre realizaron inspección en Puerto Santana, tras recibir una denuncia🗣 de una posible afectación de fauna silvestre generada por la poda realizada al sector. pic.twitter.com/LY4fBDkd03
— Dirección Zonal 5 MAATE (@MAATE_Zonal5) August 14, 2025
Aves confundidas al regresar a su hogar
Esta rectificación oficial contrasta con la escena que este Diario captó al anochecer del mismo día. Decenas de garzas, al volver a su hogar, mostraron una aparente confusión y conflicto. Las aves, que dejaron sus ramas por la mañana, encontraron al regreso un hábitat alterado y ramas cortadas, volando desorientadas sobre el sector.
La situación de Puerto Santa Ana no parece ser un hecho aislado. Lectores de EXPRESO han denunciado un caso similar en la ciudadela Las Garzas, al norte de la urbe. Allí, una poda de árboles también habría dejado sin refugio a las aves, las cuales, confundidas, volaban en círculos y se posaban como podían en los techos y ventanas de las casas aledañas.
"Se pudo hacer diferente"
Para el ingeniero ambiental Julián Pérez-Correa, director de la Fundación JaPu, la afirmación del MAATE de que no hay afectación es una verdad a medias. "Las aves son especies muy inteligentes y resilientes. Aunque no se vean nidos, volverán en cuanto los árboles estén frondosos porque les hemos hecho un ecosistema perfecto para ellas", explica, refiriéndose a la combinación de árboles, el calor de las luces y la cercanía al río como fuente de alimento.
"En vez de atacar a las aves, deberíamos poner colectores de deposiciones debajo de los nidos para luego usarlas como abono en las mismas obras municipales. ¡Es un ganar-ganar!", sostiene. Su análisis se enmarca en un dato revelador: "Hay que recordar que Guayaquil es una ciudad de Garzas, tenemos casi el 15% de todas las especies de Garzas del mundo".
Esta perspectiva se suma a la advertencia legal de la abogada María José Molineros, quien ha señalado previamente que cualquier vulneración a la fauna silvestre puede acarrear responsabilidades administrativas e incluso penales para los funcionarios involucrados.
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