
Polémica por poda en Puerto Santa Ana: Advierten de un "atentado" a las garzas
El Cabildo intervino los árboles del sector, pero la acción desata indignación por posible vulneración de su frágil hábitat
Una controvertida poda de árboles en el turístico sector de Puerto Santa Ana este 13 de agosto, en el centro de Guayaquil, ha encendido las alarmas de colectivos ambientalistas y ciudadanos, quienes denuncian un despojo del hábitat de las garzas que por años han anidado en la zona.
Un conflicto que se veía venir
La situación en Puerto Santa Ana no es nueva. EXPRESO ha reportado este problema desde, al menos, 2021. Los reportajes de este medio ya advertían sobre las molestias de habitantes y visitantes por el mal olor y las heces de las aves, pero también recogían una conciencia clara: el espacio es el hábitat natural de estas especies.
Hoy, la polémica estalló en redes sociales. "Las garzas de Puerto Santa Ana están siendo despojadas de su hábitat en este momento de la forma más cruel que existe", publicó la cuenta de Proyecto Sacha, asegurando que quedan nidos en el poco espacio que se les ha dejado. A esta voz se sumó la de la usuaria Gia Vallazza, quien calificó el acto como un "flagrante delito del municipio hacia nuestro entorno", poniendo en tela de juicio al departamento ambiental del Cabildo.
En otro reportaje, el residente Maxim Colodov lo resumía así: “Nosotros somos los invasores, no ellas (las aves). Debemos buscar una solución, pero sin causarles daño a ellas ni a los árboles". Expertos como el ambientalista Luis Peralta y la especialista Andreína Sabando han coincidido en el pasado en que la ciudad ha invadido el ecosistema de las garzas y que la solución pasa por aprender a convivir, no por desalojarlas. "Hay que preservar las especies, las pocas que nos quedan, para evitar su desaparición”, sentenció Sabando en su momento.
La versión del Municipio
Frente a los señalamientos actuales, el Municipio de Guayaquil, en una comunicación preliminar a la que este Diario tuvo acceso, defendió el procedimiento. "La poda de los árboles de Neem se realizó para preservar su salud y vitalidad, al tiempo que se garantizó la seguridad de quienes transitan por la zona", indica el texto. La administración municipal asegura que la labor se guio por el "compromiso con el cuidado ambiental" y que, antes de iniciar, un equipo técnico inspeccionó "minuciosamente la copa y las ramas de cada ejemplar, confirmando que no hubiera nidos activos".

Advertencia legal: ¿Un delito ambiental?
A pesar de la justificación municipal, la abogada experta en derecho ambiental, Maria José Molineros, advierte sobre las graves implicaciones del acto. "Cualquier vulneración a la fauna Silvestre local es susceptible de responsabilidades administrativas y penales inclusive, lo cual debe ser conocido por los operadores y por los funcionarios públicos que permiten estas actividades", señala.
Molineros recuerda que la Corte Constitucional ya ha sido "categórica en el reconocimiento de los derechos de los animales" y explica que la raíz del problema es otra: las aves han sido sometidas a vivir en espacios reducidos producto de la reducción de áreas verdes que eran su hábitat. Esto, afirma, genera una congestión poblacional en los pocos árboles que ahora están siendo cortados, "agravando aún más el problema".
Para la jurista, el enfoque correcto debe ser técnico, ético y sostenible. "La presencia de estas aves nativas debería ser apreciada y visibilizada como un atractivo natural de Puerto Santa Ana y por tanto ampliar las áreas verdes para descongestionar la cantidad de especímenes por perímetro, y no manejada bajo criterios estéticos de la zona o de pragmatismo", concluye Molineros.
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