El penúltimo fin de semana del 2019 abarrota el centro
Familias hicieron sus compras navideñas ayer y esperaban no encontrar congestión, pero las veredas estaban repletas. Hubo dificultad en el transporte.
Los diciembres de Johanna Ochoa, desde que era niña, transcurrían entre juguetes y papeles de regalo. Su abuela María Abril la llevaba, junto a su mamá Mariana y su tía Raquel, hasta la esquina de Sucre y Lorenzo de Garaycoa.
Papá Noel todavía no llega a la Bahía
Leer másElla, quien ya tiene 29 años, jugueteaba alrededor de la mesa que su pariente instalaba en el lugar, mientras María se dedicaba a envolver los presentes de quienes compraban en los almacenes de la zona.
Ahora, tanto la abuela, como la tía, la mamá y la nieta instalan cada una su propio puesto para ofrecer el servicio cada año, desde mediados de diciembre hasta el último día de este mes.
Este sábado, el penúltimo del 2019, Johanna vio triplicar el número de personas que han abarrotado el centro de Guayaquil. Son las 12:30 y ni la hora de almuerzo o los 32 grados que ‘cocinan’ a Guayaquil, han detenido a los compradores que, en su mayoría, buscan juguetes o ropa.
Johanna envuelve un promedio de 40 regalos por día. Sin contar los de sus demás parientes. A pesar de esto, lamenta que ha notado una reducción de clientes, pero no se queja.
En cambio, a Pedro Chedravi, quien tiene un almacén de textiles en la calle 10 de Agosto, la reapertura del Mercado Central le salvó los festejos. “Desde que lo abrieron (en septiembre pasado) hay más afluencia de personas y eso nos ayuda a los locales”, menciona.
Los comerciantes son los más felices y a pesar de que familias enteras caminan sonrientes, esquivando fundas de compras y personas que se atropellan en las veredas, otros no estuvieron tan contentos.
Carmen Burgos llevaba esperando tanto tiempo en la vereda de 9 de Octubre y Boyacá, que se le había ido la sonrisa con la que salió de un almacén, luego de comprar juguetes para su hijo.
Conseguir un taxi era imposible. Ya había llamado a varias compañías y la respuesta era la misma: al centro no se meten. La Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) prevé que, al centro de la ciudad, ingresen 195.000 vehículos diarios por diciembre. Esos son 45.000 más que el resto del año.
Ya está cansada, pero Carmen espera terminar sus compras navideñas en un solo día porque no imagina cómo se pondrá la zona los días más cercanos al 24. “Y eso que aquí no es la bahía”, comenta y agrega que si se mete allí, quizá no salga.
Tiene razón. En las calles Olmedo y Malecón, a las 13:00 no hay un solo espacio libre. A la multitud de compradores que se empuja mientras camina, se suman las decenas de vendedores informales que arropan las veredas con sus productos.
Es algo que se repite cada año en el sector, pero es la primera vez que Yamilé Pérez ve algo parecido. Es venezolana y ubicó un puesto para vender juguetes. De lunes a viernes es empleada doméstica, pero los fines de semana decembrinos se aventuró a aprovechar el tumulto que año a año colapsa al centro de Guayaquil.