
El partido de Ecuador vs Brasil dejó 10 toneladas de basura en Guayaquil
Las autoridades dieron a conocer detalles de la recolección de desecho luego del partido de eliminatorias
El fervor de más de 50.000 hinchas que acudieron al estadio Monumental para presenciar el duelo entre Ecuador y Brasil por las eliminatorias sudamericanas no solo se sintió en las gradas: también se reflejó en la gran cantidad de residuos que quedaron en los alrededores del recinto.
Una vez finalizado el evento deportivo, el paisaje era otro: calles cubiertas de basura, botellas plásticas, fundas, envolturas y todo tipo de desperdicios.
Ante esto, el Municipio de Guayaquil activó un amplio operativo de limpieza que permitió recolectar cerca de 10 toneladas de basura, una cifra que evidencia el impacto ambiental de este tipo de eventos masivos y la falta de conciencia ciudadana respecto al cuidado del espacio público.
Detalles de la recolección de desechos
Desde tempranas horas, más de 250 trabajadores municipales participaron en el operativo desplegado en los alrededores del estadio.
Entre ellos, 106 Agentes de Control Municipal (ACM) velaron por el orden público, mientras que 60 agentes de tránsito de la ATM se encargaron de los desvíos vehiculares y el control del flujo en una de las zonas con mayor carga durante el evento.
Una vez terminado el partido, fue el turno del personal de Urvaseo, que ejecutó un plan especial de limpieza para dejar la zona en condiciones óptimas. Las brigadas trabajaron durante varias horas recogiendo residuos acumulados tanto dentro como fuera del estadio.
Basura y desorden, un patrón repetido en Guayaquil
Este tipo de acumulación de basura no es nuevo en Guayaquil. Tras cada evento masivo —sea un partido de fútbol, un concierto o un desfile—, los espacios públicos suelen quedar desbordados de desperdicios. Las autoridades han reiterado en múltiples ocasiones el llamado a la corresponsabilidad ciudadana: cuidar la ciudad es tarea de todos.
Mientras Guayaquil continúa posicionándose como sede de grandes eventos, el desafío de mantenerla limpia y ordenada sigue vigente. Las autoridades recuerdan que el espacio público no es un basurero, y que cada botella o envoltura que se lanza al suelo es una señal de indiferencia hacia la ciudad que todos comparten.

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