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Cierre. La ciudadela Huancavilca Norte en la clausura de su novena navideña.Juan Faustos / EXPRESO

Las novenas, ritos navideños de fe que acercan a los vecinos

Los barrios y ciudadelas de Guayaquil festejan la llegada del Niño Dios con posadas y agasajos. Con la actividad, habitantes fortalecen su amistad.

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Las panderetas y maracas sonaban con fuerza y se mezclaban con la dulce voz de un grupo de niños y la melodía de un villancico. La música salía desde un parlante y se escuchaba a lo largo de una cuadra. “Bienvenido seas, mi Niño adorado”, gritaban y coreaban con emoción los más pequeños de las casas.

Eran los instrumentistas y los cantores principales, quienes además vestían gorros y atuendos navideños para la ocasión tan especial. Tenían claro de qué se trataba el acto y ponían en él todo su amor: “Es el nacimiento del Niño Dios”, comentaban.

A sus espaldas, con palmadas y siguiendo el compás de la canción navideña, los vecinos adultos también festejaban la ceremonia. Luego, el villancico se detenía y uno de los moradores hacía una pequeña lectura bíblica de perdón, reconciliación, unión y amor y narraba los acontecimientos de la llegada del Niño Dios. “Amén”, todos, coordinados, cerraban el mensaje. Enseguida otro villancico era entonado con la misma emoción.

El ritual se desarrollaba alrededor de un pesebre de tres metros cuadrados, hecho de caña guadua y techo de paja, donde se recreaba el portal de Belén y el nacimiento de Jesús.

Había en él una Virgen María, su recién nacido, burros, vacas, ovejas y tres Reyes Magos llevando regalos. También una fuente natural de agua, un árbol de Navidad y focos de distintos colores que alumbraban ese escenario.

Así celebraron los habitantes de la ciudadela Huancavilca Norte el cierre de su novena navideña, la noche del pasado domingo, al pie de la manzana K. Este fue uno de los sectores de Guayaquil que se preparó para hoy: La Nochebuena, cuando se conmemora el nacimiento de Jesús.

“Nos sentimos felices y en paz en nuestras casas y ciudadela. Durante todos estos días de posadas nos hemos llegado a conocer y querer más entre vecinos. Conversamos más y somos más solidarios los unos con los otros”, comentó Janette Macías, máster en Educación y una de las más de 25 residentes de la ciudadela que participó en el ritual navideño.

“Estoy feliz porque hay más unión entre vecinos. Queremos transmitir esta hermosa tradición a los niños para que nunca se pierda. Ellos están felices y han venido a todas las posadas”, agregó Yolanda Solórzano, ama de casa y vecina.

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Homenaje. Sauces 6 agasajó a sus niños.Juan Faustos / EXPRESO
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La velada terminó con la degustación de gelatina roja y torta de chocolate, elaboradas por los mismos moradores.

Otro de los sectores que cada año festeja el nacimiento del Niño Dios y concluyó su novena la noche del domingo fue la ciudadela Sauces 6, también ubicada en el norte de la ciudad.

Allí las 9 madrinas, una para cada día de la novena, entregaron regalos a más de 30 infantes del barrio, además de sánduches, tortas y dulces. “Este es un homenaje que hacemos a nuestros niños, que son la representación del Niño Dios. Lo hacemos siempre en el día de clausura”, contó Ángela Rodríguez, moradora del sector.

Como parte de las actividades del evento que se desarrolló en el parque de la manzana 314 y sus alrededores, los menores personificaron un pesebre viviente, cantaron villancicos y escucharon rezos alrededor del Belén elaborado por la comunidad.

En el centro de la urbe, los moradores del barrio del Salado hicieron la clausura de su novena, también el domingo, en la iglesia de San Juan Bosco, ubicada entre las calles Carchi entre Aguirre y Clemente Ballén. Luego de la misa de las 19:00, los feligreses cantaron, al pie del pesebre, los tradicionales villancicos y, asimismo, terminaron el acto con refrigerios y mensajes de solidaridad y amor.

La tradición se replicó en los hogares. En la casa de Graciela Baquerizo, situada en la ciudadela Casa Club de la vía a la costa, por ejemplo, la familia se agrupó en la sala, alrededor del pesebre y cantó villancicos con guitarra. En la ciudadela Alborada, en cambio, la comunidad de la parroquia realizó un nacimiento viviente, donde participaron al menos 60 personas, que recorrieron cinco cuadras de la calle José María Egas.