La posibilidad de realizar evaluaciones más seguidas, tal como lo establece la modalidad trimestral (tres períodos académicos durante el año lectivo), permitirá que los estudiantes logren mejorar su condición de aprendizaje y de alguna manera ir llenando aquellos vacíos que venían arrastrando desde hace varios años y que se acentuaron en tiempos de pandemia, debido a las clases virtuales.

Así lo consideran dirigentes de gremios educativos del país, consultados por EXPRESO, quienes coinciden en la necesidad de que el maestro debe evaluar al estudiante en cada clase para saber si este ha asimilado los conocimientos impartidos en los 45 minutos de trabajo.

El modelo trimestral, que se aplicará a partir del próximo año lectivo 2023-2024 en las instituciones educativas fiscales del país, ha generado expectativa, ya que se podrá tener información de manera oportuna de cómo avanzan los estudiantes, para tomar medidas correctivas de nivelación y acompañamiento pedagógico más temprano.

La última prueba tomada por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineval) en 2022, evidencia que hay una gran pérdida de aprendizajes no solo en Matemática, Lengua y Literatura, que ha sido el denominador común en el sistema educativo, como lo ha informado EXPRESO en ediciones anteriores. También hay vacíos en Ciencias Naturales y Estudios Sociales, que son las áreas básicas del conocimiento.

Ivo Orellana, exdirector provincial de Educación del Guayas, está convencido de que en los trimestres los tiempos de control de logros académicos son más cortos. “Eso permitirá que el maestro haga todos los ajustes necesarios para que el estudiante esté en óptimas condiciones para recibir y asimilar los nuevos conocimientos que le vayan a impartir”, explica, al reiterar que el docente no puede avanzar en nuevos aprendizajes si los anteriores no son de dominio del niño y joven.

“Con la ayuda de los padres y la participación de los estudiantes se irán superando los obstáculos”, agrega el ahora maestro jubilado, quien durante su ejercicio profesional pudo trabajar en la modalidad trimestral, así como en la quinquemestral, que entró en vigencia desde hace 12 años y se mantendrá en las instituciones educativas particulares, fiscomisionales y municipales, que tendrán sus propios calendarios escolares, respetando los 200 días laborables.

Martha Córdova, presidenta de la Federación de Establecimientos Educativos Particulares Laicos del Guayas (Fedepal), coincide con Orellana al indicar que el maestro podrá visualizar, en tiempos más cortos, el desarrollo de las destrezas de los chicos y mes a mes ir retroalimentando y haciendo refuerzos en el camino para que tengan mejoras continuas.

“Pero la evaluación no es solo calificar el estudiante, sino que el maestro conozca qué estrategia puede adoptar para ofrecerle un mejor conocimiento. El verdadero maestro debe ver a diario el desarrollo del niño de manera sumativa y no solo la nota”, replica la también rectora de la Unidad Educativa Semillitas de Guayaquil.

Considera una ventaja de los trimestres, la semana de oxigenación (vacaciones) que habrá al término de cada uno, lo que permitirá regresar con nuevos bríos al siguiente período.

Ella también cree que el apoyo del padre es crucial en este modelo. “En los hogares debe haber participación directa de los padres para que cuando los estudiantes retornen a los planteles, después de cada descanso trimestral, puedan dedicarse a cumplir de manera eficiente con las tareas que llevan de la escuela. Los padres deben controlar que los chicos se dediquen a trabajar”, añade.

Rómulo López Seminario, presidente de la Confederación Ecuatoriana de Establecimientos de Educación Católica (Confedec), dice que en el trimestre el estudiante entra una valoración permanente que permitirá que los aprendizajes sean evaluados de una manera más cercana e individualizada. “Se pasará de una calificación cuantitativa (nota) a una cualitativa (lo aprendido)”, concluye.