No parece algo opcional o que dependa de su voluntad. Si ya internet y las redes sociales transformaron primero la manera de interactuar con amigos y familiares y luego lo hicieron con el trabajo y la educación, las nuevas tecnologías como la realidad virtual y la inteligencia artificial (IA) están revolucionando la tarea del profesor, sobre todo del universitario.

En esto coinciden el rector de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), Joaquín Hernández, y el vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), Carlos Monsalve.

El primero recuerda que los últimos años han estado marcados por sucesos impredecibles y en otros casos inéditos. Entre ellos, la pandemia de COVID-19 que obligó a acelerar el paso a la virtualidad y el avance de tecnologías como la IA.

A su criterio, lo que había sido un intento de virtualización en los procesos de formación, se convirtió en un elemento central, que introdujo en una inmediatez absoluta todo aquello que hasta el momento daba pasos lentos, sobre todo en el ámbito educativo. “Los roles de profesores y estudiantes fueron cambiados, develando los nuevos desafíos, sobre todo para los profesores universitarios con amplia experiencia académica”, dice el académico y PhD en Filosofía.

Carlos Monsalve agrega a ello que el trabajo de un profesor universitario siempre exige dinamismo, que no es una profesión en la que uno pueda permanecer estático. Y que con la aparición de internet y la consiguiente disponibilidad de millones de datos e información con solo presionar un botón, el trabajo del profesor universitario ya se vio impactado.

“Este impacto podría ser aún mayor con el auge de las aplicaciones de IA que se han popularizado en los últimos meses. Sin embargo, estos impactos, más que exigir un cambio de rol, exigen un cambio en la forma en que el profesor debe realizar su trabajo”, reflexiona el ingeniero en Computación y PhD en Ingeniería de Software.

Citando un contexto similar, de la diversidad de fuentes de información con las que llegan a las aulas los ‘millennials’, es decir los nacidos a partir de 1995, Hernández sostiene que el profesor se convierte ahora en un mentor que interactúa en clase para que los estudiantes desarrollen sus competencias y sus habilidades, “precisamente en el ejercicio de la cátedra que se vuelve múltiple: talleres, uso de herramientas tecnológicas, participación de expertos o especialistas para dialogar o contar su experiencia”.

Incluso, resalta que la enseñanza se vuelve internacional, pues en una cátedra participan docentes o expertos extranjeros de cualquier parte del mundo, y para esto el uso de la tecnología y de la IA es vital.

En este sentido, el profesor actual debe mirar al futuro y convertirse en mentor, más allá de simple transmisor o repetidor de conocimientos, “pues aquellos docentes que basan su fortaleza en la memoria y la repetición, están condenados a desaparecer, ciertamente”.

¿Entonces, será el profesor un elemento del que el estudiante podrá prescindir? ¿Podrán las nuevas tecnologías y las IA reemplazar sus tareas?

“No. No considero que las inteligencias artificiales reemplacen al profesor y sus roles fundamentales. Sigue siendo necesario en el ámbito de la docencia que el profesor sea un motivador y guía del aprendizaje, un modelo a seguir para sus estudiantes, una fuente de inspiración”, opina Monsalve.

“Como humanos necesitamos el relacionamiento humano, y desde ese punto de vista no podemos pensar o aceptar que se cambie el relacionamiento profesor-estudiante por el de máquina-estudiante. Hay capacidades humanas que la IA no puede reemplazar”.

Hernández dice que esa pregunta ha sido tema de debate de múltiples especialistas e investigadores y algunas conclusiones indican que no se avizora un remplazo del docente universitario, sino más bien un cambio en sus procesos de intervención para la formación de las nuevas generaciones. “Todo indica que se tiene que reconfigurar el rol del docente según las exigencias generacionales y el futuro de las nuevas profesiones”, advierte.

POLÉMICA Y CURIOSIDAD

Se han conocido ya casos en los que la herramienta de inteligencia artificial ChatGPT ha sido capaz de aprobar exámenes universitarios, o en los que ha sido usado para la elaboración de un artículo científico.