Cansados de los robos y asaltos que ocurren con frecuencia, los líderes de los consejos barriales de las siete etapas de la ciudadela Samanes se han unido para enfrentar a la delincuencia. Lo han hecho implementando varias medidas como: la instalación de cámaras de videovigilancia, alarmas y botones de pánico que están conectados con la Policía.

Ahora, los líderes de Samanes 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7, gestionan la construcción de un nuevo Cuartel Modelo de Policía (el segundo de la ciudad), con la finalidad de que sus ciudadelas y todas aquellas asentadas en el norte, cuenten con el resguardo y patrullajes necesarios que frenen la inseguridad que cada día toma fuerza a nivel general.

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“Guayaquil ha crecido mucho hacia el norte, en los últimos años; y el cuartel modelo que actualmente está en la avenida de las Américas, al igual que sus unidades policiales, son insuficientes para cubrir toda la ciudad. Necesitamos un lugar que concentre y albergue a más policías para que patrullen el norte de manera constante, para que la comunidad recobre la tranquilidad”, explica Patricia Macías, líder de Samanes 1.

Cuenta que han dialogado con jefes policiales que tienen a cargo esta zona y con su grupo de trabajo, para hacerles conocer esta propuesta. “Ellos nos han manifestado que existen los recursos económicos para eso, pero que se requiere la unión de los residentes para gestionar el proyecto”, menciona Macías.

¿Pero dónde estaría ubicado este nuevo cuartel policial?. La respuesta la da Enrique Castillo, vicepresidente del consejo barrial de Samanes 2. Dice que han enviado al Municipio de Guayaquil un pedido firmado por todos los dirigentes, en el que solicitan que se les ceda 5.000 metros cuadrados en el sector de parque Samanes para hacer realidad esta meta.

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“El parque Samanes es grande y tiene áreas vacías que podrían ser donadas a la Policía y a la comunidad para que allí se levante un cuartel donde los uniformados tengan un lugar para descansar y operar en la seguridad ciudadana”, anota.

Castillo cree que el pedido será acogido por las nuevas autoridades municipales, quienes ya están interviniendo con obras en este sector de la ciudad. “Durante muchos años nos sentimos olvidados; pero ahora vemos que la obra pública está llegando a esta zona”, dice, al referirse a la regeneración de las calles que estaban llenas de huecos.

Desde hace dos semanas, maquinaria municipal trabaja en las diferentes etapas de esta ciudadela cambiando los adoquines por hormigón armado.

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Con esta obra esperan no tener problemas de inundaciones durante invierno, ya que con el mejoramiento de las vías, también se ejecutan labores de alcantarillado.

“Queremos que Samanes resurja, pero para eso primeramente debe ser un lugar seguro”, agrega Zoila Alcívar, rectora de la Unidad Educativa El Samán, ubicada en Samanes 7.

La también dirigente de esta etapa señala que los directivos y padres de familia de la veintena de establecimientos educativos están unidos en los planes que tiene la comunidad. “Además, aportamos con actividades culturales y de emprendimiento en donde todos participan exponiendo sus habilidades que sirven para estrechar los lazos de amistad que muchas veces se pierden por falta de tiempo o por el temor de salir de casa por la inseguridad reinante”, acota.

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Según los residentes, los robos no han parado. A través de las cámaras de videovigilancia han constatado cómo los delincuentes operan en la ciudadela. “Los robos los realizan a mano armada y se movilizan en motos, al igual que en vehículos sin placas”, explica un habitante que prefiere omitir su nombre. No obstante, reconoce que gracias a la incorporación de estas estructuras y del patrullaje que hace la Policía, el barrio ha tenido un mejor respiro.

Geovanny Campos, jefe policial del distrito Samanes-Guayacanes, asegura que se han reducido los robos a personas y a domicilios, así como el hurto de accesorios de vehículos. Pero, recalca que la labor de seguridad debe estar unida al de la comunidad. “Hay que denunciar los hechos para que se ejecuten los controles respectivos”, sugiere.

Según datos de la Fiscalía, en lo que va del año se han presentado 500 denuncias por asaltos a personas, 200 por robo a domicilios y una cantidad similar a locales comerciales. De acuerdo a estas cifras, la inseguridad se ha reducido en un 15 %, en comparación con el 2022.

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Pero los residentes quieren un sitio más seguro para vivir y creen que podrían lograrlo teniendo un cuartel policial cercano. “En este proyecto estamos trabajando, creemos que vamos a conseguirlo”, reitera el dirigente de Samanes 2.

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