
La manada que unió a los vecinos de San Felipe por el amor canino
Celebran su primer aniversario con historias de superación y una estrategia comunitaria que ha mejorado la convivencia
El colectivo 'La Manada' del sector San Felipe, al norte de Guayaquil, celebra su primer aniversario. Vecinos y sus mascotas se reunieron en el parque central de la ciudadela para una jornada de integración que demuestra cómo la tenencia responsable puede fortalecer el tejido social y hasta mejorar la seguridad del barrio.

Más que un paseo, una estrategia integradora
La iniciativa, que nació hace un año, ha logrado cambios tangibles. "Creemos que se logra crear conciencia. Hemos visto cómo han bajado los índices de perritos que deambulan en el parque o que los tutores abrían las puertas para que hagan sus necesidades afuera. Ahora hay personas que salen con su perrito con la cadena y que recogen las heces", explica Paola Álvarez, fundadora de la agrupación que ya cuenta con 198 miembros.
Las caminatas mensuales y los encuentros diarios no solo sirven para que los perros socialicen. Según los miembros de 'La Manada', la presencia constante de grupos grandes de vecinos con sus mascotas ha disuadido la presencia de personas con intenciones delictivas en los parques, haciéndolos espacios más seguros para todos.
"Ayuda a la comunidad porque nos hace un parque más unido. Hay personas que ahora pueden salir y hacer este tipo de actividades, en lugar de que los parques se encuentren consumidores", comenta John Álvarez, uno de los participantes. Esta unión, asegura, permite que especialmente los adultos mayores se sientan más seguros al sacar a sus mascotas.
Entre ladridos de celebración y el sol intenso de la mañana, destaca una historia de resiliencia: la de Rosé, una perrita adoptada que sobrevivió milagrosamente tras ser atropellada. Su dueña, Jackeline Carpio, cuenta cómo el accidente le desbarató la cadera y afectó sus pulmones cuando apenas tenía 11 meses.

"El cirujano dijo que ya estaba en manos de Dios, que él había hecho todo lo que estaba en su mano. Creían que iba a quedar inválida", relata. Sin embargo, la dedicación de su familia fue clave. "Teníamos que cogerle las caderas para que fuera al baño, no podía subir escaleras, la subíamos y bajábamos en peso. Fue una muestra de amor", recuerda.
Hoy, Rosé, a punto de cumplir tres años, corre y juega en el parque, siendo un símbolo de esperanza y un fuerte argumento a favor de la adopción. La jornada de aniversario de 'La Manada' incluyó un desfile de perros adoptados, concursos y una charla de ProAnimal, del Municipio de Guayaquil.