En la ciudadela Brisas del Río, norte de Guayaquil, los vecinos sienten temor hasta del menor movimiento en la cuadra. Buscan refugio en sus viviendas e intentan dejar fuera a los ladrones con rejas, alambres y alarmas. Allí viven con temor y reclaman mayor presencia policial.

“Nos da miedo salir de casa, ya que en la calle si no te asaltan te matan”, indica Santiago Montenegro, quien desde hace 30 años reside en este sector.

Cuenta que hace dos semanas fue asaltado a dos cuadras de su vivienda. “Salí a una panadería a dos tres cuadras de la casa y cuando regresaba dos sujetos en motocicleta me interceptaron y se llevaron el celular. Ellos huyeron y se perdieron por estas calles desiertas”, relata indignado, al asegurar que su caso no es aislado, ya que otros vecinos también han sufrido robos cercanos en a sus viviendas.

“Los ladrones ya no pueden ingresar fácilmente a las casas, como lo hacían antes, ya que la mayoría tiene rejas, alambres y alarmas. Ahora, todos los atracos se dan pasando los barrotes hacia las calles y la Policía muy poco actúa”, dice Marlene Saavedra, otra residente, quien narra que su hija de 16 años fue asaltada en diciembre pasado a pocos metros de su casa.

Miembros de la Policía aseguran que patrullan la zona de manera frecuente, pero los testimonios de los residentes de Brisas del Río dan cuenta de que la inseguridad y el temor van en aumento.

“Nos gustaría que la ciudadela sea cerrada, así podríamos recuperar la tranquilidad que perdimos hace muchos años”, puntualiza Saavedra.