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Maria José combina sus actividades de oficina con su faceta de DJ.CHRISTIAN VINUEZA/EXPRESO

Chincha, la DJ que puso a bailar al Ecuador con las fiestas virtuales

Guayacos: María José Pino o DJ Chincha es gerente en una empresa de exportaciones por el día y una cotizada DJ por las noches.

Guayacos es una sección en la que contamos historias de los habitantes de Guayaquil, vidas que alimentan y hacen más rica esta ciudad. Relatos que ayudan a conocer mejor la madera de la que están hechos.

Todos la conocen como la DJ Chincha y si bien era solicitada en algunas fiestas para alegrar el ambiente antes de la pandemia de la COVID-19, no fue hasta el confinamiento que su nombre, estilo y talento tomó bastante popularidad en el mundo de las redes sociales.

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Ahora, aún, cuando ya las puertas de los hogares se abrieron y las personas retoman sus vidas, hay quienes la ven en las calles de Guayaquil, la reconocen, se le acercan y le agradecen.

“Me preguntan ¿tú eres la DJ Chincha? Yo veía tus en vivos en la cuarentena, gracias por alegrarnos los días, por divertirnos”, le cuenta a EXPRESO María José Pino, con una sonrisa espontánea y de una personalidad extrovertida.

Esta guayaquileña de 33 años de edad fue una de las primeras personas en la ciudad que decidieron contrastar los mensajes de temor y desesperación que causaba el coronavirus entre marzo y abril y que abombaban las redes sociales. Lo hizo con alegría y buenas energías, exponiendo su talento a través de transmisiones en vivo.

Para eso, cuando inició el encierro domiciliario, los fines de semana María José se vestía con ropa de fiesta, ubicaba su parlante y mixer en el balcón de su casa, tomaba sus audífonos, micrófono y montaba toda una presentación, para brindar un ambiente de discoteca. Lo lograba. Su público eran miles de internautas que se conectaban por Instagram a escuchar sus mezclas de ritmos electrónicos, pop y otros.

“Muchas personas se conectaban, disfrutaban, bailaban, comentaban full, brindaban. Yo les hacía concursos. Después de cada transmisión me escribían por interno a decirme que estuvo increíble la presentación. Me escribían hasta de otros países, que también entraban a las fiestas”, recuerda emocionaba. Es que además la diversión no solo apagaba la melancolía de otras personas sino la suya.

“A veces terminaba los en lives y me ponía a llorar. La gente en los comentarios recordaba anécdotas con las canciones que yo ponía, de momentos en la playa, en tal discoteca y yo no podía ver a mi mamá porque estaba en otra casa, no sabía cuando la podía ver, cuando volvería a tocar en una discoteca real, cuando se acabaría todo”, cuenta.

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Lo de DJ lo aprendió con maestros de esa rama, por su pasión con los instrumentos y su buen oído para la música. Y aunque esa actividad la realiza por contratos desde hace siete años, su principal fuente de ingresos y principal trabajo desde hace 10, es otra muy diferente. Ella es la gerenta de comercio exterior de una empresa de exportaciones. Es así que mientras en la noches es DJ, en el día es oficinista.

“Empecé a trabajar en exportaciones cuando estaba en la universidad, estudiando comunicación social, a los 23 años, y desde entonces no he parado. Lo de DJ lo aprendí después”, explica el porqué ambos oficios muy dispares se mantienen en ella.

¿Cómo surgió la idea de los 'lives'?

Durante la cuarentena, su trabajo en la oficina se paralizó por varios meses y, como millones de personas, tuvo que permanecer todo el día en casa. Fue ahí que su faceta de DJ, que antes de la covid-19 solo se mostraba presencialmente, saltó al mundo virtual y más que divertir, llegó a servir como una especie de terapia para cientos de sus seguidores.

Cuenta que todo surgió por el aburrimiento. Estaba en casa, sin nada qué hacer. Pero justo en esos días, en países de Europa que tocaban fondo por la pandemia, como Italia y España, los balcones de los apartamentos se convirtieron en el único escape del encierro. El modelo arquitectónico de esas ciudades hacían que los miradores de los edificios formaran rondas, permitiendo que los vecinos se puedan verse entre sí, conocerse y comunicarse a través de gestos y música.

“Ahí fue que surgió la idea. Esa idea de conectarme con la gente desde mi balcón y con música. Y así como en Italia la gente tocaba guitarra y otros instrumentos para calmar la ansiedad,  le propuse a mi cuñado que estaba en casa que hiciéramos una fiesta. Entonces saqué al balcón mis equipos. Pero cuando salí caí en cuenta de que no era igual, que frente a mi edificio hay un árbol, el malecón y el río Guayas. No había nadie más que mi vecina que tiene como 80 años de edad”, cuenta mientras muestra el escenario desde donde se aprecia la avenida Malecón y flujo continuo de carros.

“Ni si quiera el sonido de los autos que era normal para nosotros, lo escuchaba en la cuarentena”, comenta.

Al no tener vecinos con quien compartir su faceta de DJ y a la vez su pasatiempo favorito, Chincha ubicó una cámara frente a ella para conectarse con la comunidad que permanecía, más que nunca, inmersa en las redes. Y fue así que halló los vecinos que buscaba.

Inició las transmisiones como pasatiempo, pero tuvo tanta acogida que luego las empresas empezaron a buscarla para contratarla como la DJ de eventos virtuales. De ahí surgió un emprendimiento, con el que se mantuvo económicamente por meses hasta que su trabajo de oficina volvió a abrir y poder pagar sueldos.

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A raíz de los lives y sin intenciones de que así sea, desde el principio, le llovieron contratos para tocar  a través de las plataformas de empresas como tiendas de vinos, tiendas de herramientas para fiestas, convenciones de matrimonio, Samsung y, EXPRESO y EXTRA. En estos últimos fue donde se popularizó.

“Yo tocaba solo electrónica pero más comercial como David Guetta, Tiesto, progressive, algo de funky house... Pero a raíz de la cuarentena la gente me empezaba a pedir de todo y empecé a tocar todo: merengue, salsa, reguetón. Ahora me salen contratos para bodas, bautizos, lanzamientos de eventos", detalla. Aquello la incentivó a comprar más equipos, como mesas, micrófonos inalámbricos y pedestales, que le sirven para dar un servicio completo, ahora que los contratos presenciales retoman con fuerza.

¿Por qué DJ?

A Chincha siempre le gustó la música. Rodeada de personas como su papá a quien le encantaba coleccionar discos de vinilo y con la influencia de su abuelo, cuya familia tuvo un emporio musical, desde pequeña su gran sueño era aprender a tocar varios instrumentos musicales: guitarra, batería, entre otros, pero no pudo recibir clases porque "era muy mala en matemáticas".

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María José en el balcón de su casa desde donde realizaba las fiestas virtuales. CHRISTIAN VINUEZA/EXPRESO

“Es que mi mamá es una persona muy estricta y como yo siempre era pésima en matemáticas, ella me decía que cuando sacara buenas notas en esa materia me premiaría con todos los profesores de música que yo quisiera, caso contrario tendría en su lugar profesores particulares de matemática. Y fue así que 'todos los años de mi vida' tuve profesor de matemáticas en mi casa”, narra y ríe.

Fue cuando ya se graduó de la universidad y trabajaba, que retomó su sueño, ingresó a recibir las clases anheladas, ahorró para ir a festivales como el Ultra Music Festival de Miami, el Festival Estéreo Picnic de Bogotá, el FM4 Frecuency de Austria y el Lollapalooza de Argentina y se enamoró de la mezcla de sonidos electrónicos.

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Aunque le gustaría dedicarse de lleno a la música y a su trabajo como DJ, admite que en el medio en el que vive esa faceta no tiene mucha cancha por correr y los contratos pueden o no venir. Pues explica que en el país, y especialmente en Guayaquil, aún el estilo de la música electrónica no contagia tanto.

Es por eso que continúa la mayor parte del día dedicada a manejar el área de exportación de la empresa donde labora y que tras una década de trabajo se ha ganado un puesto de jefa.

“Pero es muy chévere. Porque el trabajo en la empresa me gusta y es el que me mantiene con los pies sobre la tierra, porque el trabajo de DJ es fiesta, amanecidas, tragos van y vienen; y siempre pensar que al día siguiente tengo que ir a lo oficina es lo que me empuja a dormir temprano y dormir bien”, concluye.

Si sabes de un personaje de tu barrio o círculo que todo el mundo debería conocer, escribe a lopezk@granasa.com.ec