Guayacos es una sección en la que contamos historias de los habitantes de Guayaquil, vidas que alimentan y hacen más rica esta ciudad. Relatos que ayudan a conocer mejor la madera de la que están hechos.

En la infancia, Gabriela y María Fernanda Cepeda, adoraban visitar un minimarket que estaba ubicado entre las calles Panamá y Luzárraga, a pocas cuadras de su casa, para comprar sánduches de jamón ahumado. No había semana en la que las chiquillas no le pidieran dinero a su papá para enseguida emprender una carrera hasta esa tienda.

Pero los años pasaron, el minimarket y otros bazares aledaños cerraron, y ese sector se tornó desolado, triste, oscuro y tenebroso. Y así lucía hasta hace cuatro años, hasta cuando las hermanas Cepeda, ya profesionales, impulsadas por la nostalgia de tener un barrio lleno de vida y donde los turistas y transeúntes locales quieran estar más tiempo, se propusieron abrir una tienda de piqueos y café a la que llamaron ‘La Central Deli Shop’.

“Nosotras nacimos en este barrio, hemos vivido entre las calles Junín y Malecón toda nuestra vida y por eso la reactivación de esta parte del centro fue uno de nuestros principales motivos para abrir nuestro negocio, de ahí también su nombre: La Central, le cuenta a EXPRESO Gabriela de 33 años de edad, la mayor de las dos, chef de profesión y quien se encarga de la cocina. Está sentada, con su delantal puesto, justo ahí, donde antes estuvo el minimarket, en uno de los juegos de mesas y sillas que, bajo parasoles, las personas disfrutan de café, comida y piqueos al aire libre desde muy temprano.

Desde que abrieron su tienda de alimentos -año 2017- su negocio ha venido evolucionando. Empezaron con un capital muy pequeño que con sus propias ganancias y reinversión se ha venido expandiendo. Al inicio vendían piqueos en una vitrina y ahora ofrecen menú del día, ensaladas, sánduches, platos a la carta y creaciones propias que son sus bocados estrellas como el soufflé de yuca, crema de queso y miel de rosas.

La acogida de estos tres últimos, que fueron creaciones de Gaby, (como la llama su equipo de trabajo) ha sido tanta en la ciudad, que les ha permitido a las hermanas Cepeda industrializarlos y venderlos en 30 puntos de ventas de cadenas de supermercados.

“El soufflé fue inspirado en una receta de mi padre, que como al resto de mi familia, le encanta la cocina y que nos preparaba de niñas”, recuerda sonriente Gaby.

Es así que los clientes de ‘La Central’, llegan a ella porque recorren el centro de Guayaquil y les llama la atención la imagen, la mezcla de olores y sabores en esa esquina; o porque se enteraron del restaurante en Instagram, donde el negocio cada vez es más popular y ya tiene más de 22.000 seguidores. También van por recomendaciones de amigos y familiares, permitiéndoles así a estas hermanas emprendedoras lograr su objetivo: aportar en la reactivación comercial de su zona.

“Nosotros le tenemos mucho amor a este barrio y decidimos arriesgarnos a abrir aquí nuestro negocio, pese a que no había más restaurante que el del frente, el Mono Goloso. No venía nadie a tomarse un café o almorzar, fue un trabajo duro el que tuvimos que hacer al inicio para atraer visitantes “, narra Mafer, como le llaman a María Fernanda, quien con 32 años y como profesional en hotelería y turismo, se encarga de toda la parte administrativa, de la compra a los proveedores, de lo contable y hasta del servicio al cliente.

“El año pasado, pese a la pandemia del covid-19 y con un esfuerzo titánico, logramos abrir la cocina de producción (que era un proyecto), un espacio donde preparamos todo lo que se va a vender en la esquina. Esta cocina nos ha permitido, además del menú del día, hacer platos a la carta y más elaborados. Nuestros clientes están encantados”, añade Gaby, la chef.

Ellas fueron una de las pioneras en ubicar un negocio en ese punto del centro de la urbe. Y tras su iniciativa, más emprendedores se han animado a emprender en la zona y ahora hay  8 locales entre cafeterías y restaurantes. 

Uno de los últimos negocios en abrir fue la empanadería del padre de Gaby y Mafer, quien a pocas casas de La Central y con el apoyo mutuo de sus hijas, también ha decidió levantar un negocio y aportar a la reactivación de su sector. Su tienda, donde vende empanadas de sal con pollo, carne y otros rellenes, se llama ‘La Media Luna’ y junto a un socio lo inauguró hace un mes.

Gracias al capricho de este dúo dinámico de hermana, de ponerle color y alegría a la calle Panamá que lucía gris,  pese a contar con decenas de casas patrimoniales y estar cerca del área céntrica de diversión de la ciudad, la Zona Rosa, este punto de la ciudad ya empieza a tomar un nuevo rumbo: más alegre y comercial. Y con ese empujón, las autoridades de Guayaquil han iniciado varias remodelaciones en las calles y veredas de ese sector.