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La avenida Carlos Julio Arosemena tiene pocos árboles en las aceras.GERARDO MENOSCAL/EXPRESO

Expertos plantean cómo quitarle el gris a una ‘ciudad de cemento’

El análisis lo hacen con Guayaquil.  Sugieren plantar árboles en las aceras, más que en los parterres.

Hace dos semanas el Municipio de Guayaquil deforestó cinco cuadras de la calle Córdova, del centro de la ciudad, por trabajos de construcción de los carriles exclusivos de la troncal 4 de la Metrovía. Quitó 20 árboles pequeños y frondosos de las veredas. Hubo quejas de moradores y transeúntes. “Se llevaron la poca sombra que había en las veredas y ahora sentimos que el sol nos pega más fuerte”, dijo Mery Silva, una moradora.

Como respuesta, el Departamento municipal de Áreas Verdes indicó a EXPRESO que los árboles fueron replantados en el campamento Batallón del Suburbio; siendo esta una estrategia que, como ha publicado este Diario, ha sido criticada por no permitir -siempre- que las especies sobrevivan, debido a que no se utilizan las técnicas adecuadas. Ahora ese tramo del centro ya no tiene puntos verdes que contrasten con el asfalto.

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Acciones como esta se dan a menudo, ya sea por el avance de las rutas de la Metrovía o la Aerovía y otras obras, restando cada vez más árboles al Puerto Principal, cuyos cerros incluso se han visto afectados, como el de vía a la costa, según han denunciado sus residentes desde hace varios años. Para saberlo, únicamente basta comparar una fotografía del Guayaquil de ahora con una de hace 50 años o incluso con una tomada hace 20, afirman las voces críticas.

Los guayaquileños continúan reclamando la sombra y la frescura de los árboles. Entonces, ¿cómo puede la ciudad recuperar áreas verdes útiles para sus habitantes donde ya hay obras de concreto? EXPRESO se lo consultó a tres expertos en urbanismo.

El arquitecto y catedrático Luis Seis, quien además tiene una maestría en Impacto Ambiental, asegura que sí se puede arborizar en medio del cemento y, más aún, advierte que no es difícil. “Si caminamos desde la Academia Naval, en Sauces 3, hasta el nuevo puente que une a la ciudad con Samborondón, solo veremos cemento. No hay ni un solo árbol. En varios puntos de ese tramo se puede retirar el concreto y ubicar árboles cuyas raíces crezcan verticalmente, tal como se hizo para la construcción de los carriles de la Metrovía. Se quitó el cemento solo por donde pasarían los buses y el resto no se afectó”, argumenta.

Para esta alternativa, destaca, el Municipio no puede decir que falta presupuesto “porque se trata de un beneficio medioambiental, que servirá para la respiración de los habitantes”, piensa.

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La avenida Delta es otra vía que no tiene sombra de árboles para caminar.GERARDO MENOSCAL/EXPRESO

El director de Áreas Verdes del Cabildo, Abel Pesantes, en un comunicado enviado a este Diario enumera varias calles y sectores como ejemplo de que el Cabildo sí arboriza. Entre ellas, las avenidas Narcisa de Jesús, de las Américas, Las Aguas, Víctor Emilio Estrada, Guillermo Cubillo; y las aceras de la calle Chile y el centro de la ciudad.

EXPRESO recorrió esos lugares y si bien algunos lucen con más verdor que antes, otros siguen grises. “Espero el bus bajo la sombra de los árboles”, comenta Alida Rodríguez, moradora de El Limonal, en la autopista Narcisa de Jesús. “¿Sombra de árboles? ¿Dónde? Yo evito circular en las tardes por el sol”, dice en cambio Andrés Ordóñez, mientras transita por la calle Olmedo.

Para el planificador urbano Carlos Jiménez, lo ejecutado por el Cabildo no precisamente son buenos ejemplos de cómo se debe arborizar, puesto que la mayoría de los árboles están en los parterres centrales y por ahí la gente no camina, enfatiza.

“Se trata de sembrar árboles de los que la gente pueda beneficiarse. Para ubicarlos en un parterre central, es preferible mejorar los parques ya existentes”, analiza.

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Explica que en el centro de Guayaquil se puede tomar un carril de circulación para hacer más anchas las veredas y ubicar más especies. Así se arboriza y se incentiva a caminar. “¿Cuál es la prioridad del Municipio: el carro o el peatón? La teoría urbana nos dice que el carro debe ser la última prioridad de una administración: primero el peatón, luego el ciclista, el bus de transporte público y después los autos particulares. Aquí la pirámide sigue invertida y eso hay que cambiarlo”.

Es necesario forestar. Con eso concuerda Johnny Burgos, arquitecto y decano de la facultad de Arquitectura de la Universidad de Guayaquil. “Si quitan arbolitos del centro, pues deben pasarlos a los laterales. Esto es compensación. Lo que hicieron en la calle Córdova fue sustitución y no sirve ”, aclara.

Hace otra recomendación con respecto al centro: “Las mamparas de la Metrovía, en la calle Sucre, están manchadas por el humo negro que sale del hollín del diésel de los buses. Detrás de esas barreras deberían poner árboles, que a más de generar sombra sirvan de escudo contra la contaminación ambiental y de sonido”.

Guayaquil debe llegar a los 500.000 árboles

El año pasado, el experto internacional en planificación urbana Guillermo Peñalosa mencionó que Guayaquil debía tener 500.000 árboles y que solo llegaba a 66.000. EXPRESO le preguntó al Municipio cuántos ejemplares verdes tiene la urbe y la Dirección de Áreas Verdes constató que aún el Cabildo no realiza un censo para conocer la cifra. Y que se encuentra en desarrollo la Consultoría para la Elaboración del Plan de Gestión de Espacios de Uso Público y Arbolado Urbano de la ciudad, que contempla el censo georreferenciado de los árboles.

“Se trata de sembrar árboles de los que la gente pueda beneficiarse. Para ubicarlos en un parterre central, es preferible mejorar los parques ya existentes”

Carlos Jiménez, planificador urbano