árbol muerto Guayaquil
Este árbol, a decir de la ciudadanía, permanece sobre el parterre desde ya hace varias semanas.CARLOS KLINGER

Especies que mueren a la vista de todos

La ciudadanía cuestiona que sea cada vez más normal hallar árboles sin vida y secos sobre los parterres. Exigen "un mínimo" de cuidado 

En el parterre central de la avenida San Jorge, frente a la Clínica Kennedy (en la ciudadela Kennedy), un árbol yace seco desde hace varias semanas. Ni lo cuidan cuando deben, ni lo retiran cuando muere, reclama la ciudadanía que lamenta que la escena se repita en otras calles.

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Betty Araujo, quien labora en un consultorio médico de la zona, asegura que desde hace tres semana, al menos, permanece la especie en ese estado. "A nadie le importa ver cómo se apaga Guayaquil. Me parece increíble que nadie mueva un dedo. Yo lo que pido es un mínimo de cuidado. Que están sembrando especies en otros puntos, está más que bien; pero a ver, si no hay mantenimiento adecuado ni oportuno, el problema se repetirá una y otra y otra vez", alerta. 

En el vecindario, la comunidad asegura que son varias las calles y espacios donde el problema prevalece. En la zona del vecindario aledaña a la Miguel H. Alcívar o en la misma avenida Francisco de Orellana, hay problemas. "Yo lo que quiero es que la Kennedy no se convierte en vecindarios como Samanes, Guayacanes y la Alborada, donde los árboles viven un otoño obligado. A ellos, la plaga los mató en su totalidad y con ello, además, ha muerto el entorno. Ya todo es gris", detalla Katherine Peñafiel, residente de Kennedy Norte. 

"No basta  con que los siembren, también cuídenlos. Por toda la ciudad  hay árboles enfermos y secos. Linda forma de hacer de Guayaquil una ciudad verde", dice en referencia al tema el usuaruo @jval0305, en Twitter. 

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Para el ciudadano Gino Pinargote, a fin de evitar más escenas de este tipo, Guayaquil debería ser dividida en cuatro o cinco partes y, en casa una, se "deberían sembrar árboles endémicos que broten flores tan hermosas como el guayacán amarillo". De esa manera, una o dos veces al año la ciudad pueda verse colorida. Sería estupendo, piensa. 

La comunidad exhorta a que quien llegue a ocupar el Sillón de Olmedo, apunte a reforestar y a cuidar los pocos pulmones que le quedan a Guayaquil. "Quien llegue a ganar debe apuntarle a la sombra, al agua, al ecosistema que nos rodea, incluidos los manglares, el estero y el bosque. Si la inversión incluye la recuperación de estos espacios, el Puerto Principal finalmente será otro. Al fin será amigable. Un sitio para recorrer, vivir y visitar", señala la residente de Urdesa, Lorena Paz.