Guayaquil
Ciudad. Hay diferentes espacios públicos que sirven para actividades donde la ciudadanía espera que sean continuos y visibilidad.MIGUEL CANALES

El radar cultural, perdido ante la falta de dirección y de fondos claros

¿Los $40 millones son un mito o realidad? Guayaquil carece de una dirección municipal de cultura.

No es novedad que el Gobierno y el Municipio mantienen rencillas que parecen no sanar, y la más reciente discordia tiene como protagonista a la cultura. La todavía ministra Romina Muñoz aseguró a EXPRESO que la Alcaldía, encabezada por Aquiles Álvarez, recibe “$40 millones anuales solo para cultura”. Sin embargo, esta declaración provocó la reacción de la institución, que negó tal asignación. ¿Pero cuál es la realidad de la cultura en Guayaquil?

En 2024, la gestión de Álvarez decidió liquidar la Empresa Pública de Turismo y, actualmente, entre los 32 departamentos municipales, no existe una dirección dedicada exclusivamente a Cultura. Lo que sí existe es la Dirección General de Patrimonio Cultural y la Dirección de Turismo y Eventos Especiales.

Esta situación genera cuestionamientos en una ciudad que demanda una transformación real del espacio urbano y un fortalecimiento del tejido social.

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Una de las voces más críticas es la del gestor cultural y artista Fernando Insúa, quien compartió con este Diario su punto de vista: “Patrimonio debe concentrarse en su nombre: gestionar las reservas y bienes que se están destruyendo. ¿Pero lo otro, los eventos? Hacer cultura no es lo mismo que organizar eventos”, afirma, señalando que el enfoque actual no es adecuado.

Insúa subraya que los problemas culturales están vinculados a presupuestos insuficientes y a la descoordinación que existe desde la pandemia. “Hay mezcla de grises en el presupuesto, descoordinación en políticas culturales; una cosa hace el Gobierno, otra la Alcaldía, y además hay confusión entre eventos turísticos y política cultural”, explica.

El artista advierte que las acciones deben pensarse no solo para la administración actual, sino también para las futuras. Entre los proyectos que espera que algún día se cristalicen figuran las imprentas gratuitas para facilitar el trabajo de autores locales, bibliotecas públicas en zonas populares o galerías abiertas al público. “Está descoordinado porque falta una política clara de cultura por encima de las riñas de autoridades, pero a veces se confunde cultura con propaganda”, añade.

32 direcciones
o departamentos se registran en la página de la Municipalidad e Guayaquil.

Martha Rizzo, directora provincial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, núcleo Guayas, reconoce “una deuda histórica” y pone como ejemplo que ciudades vecinas, no las grandes potencias, tienen un radar cultural diferente al de Guayaquil. “Lima tiene más de 300 centros culturales; en Guayaquil apenas hay una veintena de los que se conocen”, lamenta.

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Rizzo enfatiza que, además de actividades con impacto social, se requiere que el arte sea una política de Estado, como lo es el deporte y también critica la falta de presupuesto. “Como socióloga debo decir que los sectores vulnerables en arte y cultura reciben los presupuestos más bajos. Se necesitan urgentemente mesas de trabajo técnicas con las instituciones para mejorar la distribución de recursos”.

Respecto a la ausencia de una dirección municipal dedicada a cultura, Rizzo señala la “falta de conocimiento sobre lo que representa la cultura. Se ha asociado arte con eventos aislados o patrimonio, pero la cultura va mucho más allá: es ciencia, desarrollo local, educación. Falta una política que la vea como un motor de desarrollo. Está el departamento de Gestión, pero no de cultura, y más que la polémica con la ministra, deberíamos sentarnos todos y ejecutar, por lo menos, un plan piloto”.

La gestora cultural también critica la asignación de cargos por amistad o a dedo. “Por eso somos lo que somos: una sociedad débil. La cultura debe ser un eje de desarrollo y prevención para la niñez y adolescencia. Existen centros culturales que sobreviven sin intervención estatal; cada barrio debería tener un foco cultural. Eso influye en seguridad, turismo y fomenta vínculos humanos, principios y valores”, remarcó.

EXPRESO solicitó al Ministerio de Cultura información sobre los desembolsos reales en materia cultural, pero no obtuvo respuesta. Lo mismo ocurrió con el Municipio, para conocer la agenda y el estado actual de la cultura, así como quién la gestiona en ausencia de una dirección específica. Las entrevistas están pendientes.

Escenario centro de Guayaquil
Escena. A lo largo de la calle Panamá hay sitios que no siempre están ocupados.MIGUEL CANALES

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