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Propietarios y empleados de los locales están muy atentos a todos los movimientos que se realizan en el exterior de los locales. Solicitan que haya más atención de la guardianía privada.CARLOS KLINGER

El cobro de ‘vacunas’ llega y aterra a comerciantes en Garzocentro

Al menos cuatro propietarios de locales han sido víctimas de extorsionadores. Algunos han considerado abandonar el país.  Autoridades exhortan a denunciar

“Hay seis hombres fuera de su local listos para darle bala, si no deposita $ 1.000 en este momento”, le dijeron a la propietaria de una panadería en Garzocentro, hace unos meses. Ella, llena de miedo y pánico, transfirió ‘lo que tenía’ para que no le hagan nada. “Les dije que solo tenía trescientos y me dijeron que lo tomarían como una previa para no matarme por el momento, pero querían más. Estaba llena de terror y decidí hacerlo más que todo por mi familia”, relata todavía nerviosa Rosa (nombre protegido), quien cuenta que las amenazas de los desconocidos incluían entrar a asaltar el local o disparar a quien se encuentre en el sitio.

Foto de Sistema Granas (8491058)

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Pese a que la recomendación de la Policía es colgar de inmediato y no ceder, a ella le ganó la tensión y lo que hizo fue darles el dinero. “No sabía qué hacer, me asustaron diciéndome que tenían a seis matones y que estaban listos para matarme. Apenas me dijeron eso, mandé a cerrar el local y me escondí y decidí transferir todo lo que tenía. Fue un día terrorífico”, agrega Rosa, quien luego optó por apagar el teléfono. “Me dijeron que no conteste más y eso hice. Tuve muchos días que casi ni salía por el miedo a que me asesinen. Fue horrible”, explica con voz entrecortada, por el miedo que le provoca solo recordar aquellos momentos.

Casos como este se han visto ya en varios sectores de Guayaquil y han sido contados por EXPRESO. “Si nos hacen gastar balas, será peor. Colabore con la mafia”, decía un panfleto que fue encontrado en una farmacia ubicada en Bastión Popular. Posteriormente llegó una lluvia de balazos contra el local. Afortunadamente no hubo heridos.

EXTORSION
Los trabajadores de las tiendas del Garzocentro sienten tensión al recibir llamadas de desconocidos. Temen por su vida.CARLOS KLINGER

Algo similar pasó en negocios de Metrópolis y hasta en La Atarazana semanas atrás, cuando un negocio fue atacado por supuestas bandas que, a cambio de seguridad, exigían dinero a los dueños de locales.

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En el historial de amenazas e incidentes ahora también aparece el centro comercial Garzocentro. La situación mantiene en vilo a los comerciantes, que hasta han querido abandonar el sitio por el temor a ataques. “Sinceramente pensé hasta en dejar los negocios e irme del país, por todo lo que se está viviendo. Sé que algunos comerciantes están considerando esta idea. Todos los días abro con recelo mi local, con miedo de que en cualquier momento nos ataquen”, sostiene Carlos Méndez, socio de uno de los locales de comida.

EXPRESO estuvo en el sitio y conversó con los afectados. Hasta el momento no se han registrado ataques. El término ‘vacunas’ parece ser una mala palabra y cualquier persona que la nombre es observado como sospechoso. El miedo a hablar es evidente y todos los entrevistados prefieren proteger su identidad, pero no quieren dejar de contar lo sucedido. El empleado de un local de productos para bajar de peso relata que hace tres semanas recibieron amenazas, presuntamente de la banda criminal Los Choneros. “Amenazaron con atacar el local, a sus empleados y a los clientes. Nos pedían $ 10.000 y querían que depositemos en ese instante. No te voy a mentir, tuvimos miedo y hasta pensamos en depositar, pero nos asesoramos y colgamos y cerramos las llamadas”, detalla Ricardo (nombre protegido por precaución).

Pensé en dejar los negocios e irme del país por todo lo que se vive. Todos los días abro con recelo.

Carlos Méndez
​comerciante afectado

Para él, las llamadas vienen desde el interior de la cárcel, como lo han alertado ya las autoridades. “A mí nadie me quita de la cabeza que son presos que se dedican a esto como un call center. Lo curioso es que en su llamada me dieron mucha información del local y hasta de los empleados. Parecía que tenían estudiados a casi todos. Hubo miedo por parte de los empleados. Son estos casos los que hay que investigar, se debe indagar qué está pasando”, comenta. Y admite que por miedo no denuncia a la Fiscalía. “Hacerlo es por gusto. No pueden hacer nada porque lo hacen por llamadas de WhatsApp y no se pueden rastrear. Aparte son números descartables. Personal de investigación debe venir a hacer base aquí, para analizar el área y ver si nos están monitoreando”.

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Sobre la situación, EXPRESO conversó con Víctor Garcés, administrador del Garzocentro, pero indicó que no pueden dar todavía ninguna versión oficial, ya que no han recibido ninguna denuncia formal por parte de los afectados.

Por otro lado se conoció que la guardianía privada del local ha tratado de incrementar los patrullajes y gestionar charlas sobre estos casos para evitar caer en pánico. Por su parte, la Policía Nacional solo atina a pedir que se hagan las respectivas denuncias para poder tener más control en las zonas amenazadas. EXPRESO consultó sobre la cantidad de denuncias recibidas en los últimos meses. No obstante, hasta el cierre de esta edición no se obtuvo ninguna respuesta.

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Para los afectados, se necesita más vigilancia en los locales advertidos. “Esperamos más resguardo, pero aquello no ha ocurrido. Hay un solo guardia cada tres bloques. Eso no es suficiente, si ya varios locales hemos recibido amenazas”, reclama la propietaria de un local que hace pocas semanas también sufrió un intento de extorsión.

“Hace unas semanas hubo un robo en el patio de comidas. Parece que fue delincuencia común. Guayaquil necesita ser más resguardada y más aún este lugar que finalmente había logrado levantarse, que estaba bien y es un punto de encuentro”, exige Catalina Villagómez, una asidua clienta del centro comercial.