Urdesa
En las calles Víctor Emilio Estrada y Ébanos, en Urdesa, las paredes están grafiteadas.Miguel Canales

La ciudadanía exige que sus reclamos sean atendidos para tener una mejor ciudad

A través de EXPRESO, hacen públicos sus reclamos que incluyen tener calles vandalizadas, alcantarillas malolientes y huecos

Las paredes de las calles Víctor Emilio Estrada y Ébanos, en Urdesa, han sido grafiteadas. Cada día aparecen nuevas frases o garabatos que convierten al escenario en un área descuidada y que da la impresión de que es insegura. La ciudadanía pide monitorear el lugar y sancionar a los infractores. 

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Julio Montiel, quien habita en Urdesa, advierte que esa no es la única intersección o estructura que permanece en mal estado. Asegura que incluso hay paraderos de buses y postes que se encuentran con daños, siendo la mayoría grafitis. 

"En la ciudad, no solo en Urdesa, podemos ver esa mala manía que tiene la gente  de escribir grosería o pintar obscenidades. No entiendo por qué lo hacen, he visto campañas en las que se habla de como la sociedad puede preservar y proteger su comunidad, pero en Guayaquil simplemente les vale. Si quieren pintar, ¿por qué no optan por murales o caricaturas que aporten con algo y den vida a un sector decaído o desolado? ¿Por qué no actuar de forma positiva? No lo comprendo. Pero ante ello lo que urge es la sanción. Que sea económica y alta, para ver si así aprenden...", señaló. 

Pero a esta queja, se unen otras que llegaron a la Redacción este 15 de agosto y que son la razón de que haya falencias en la convivencia. 

Las alcantarillas de sectores como la Alborada, Guayacanes, Samanes, Sauces, entre otras zonas del norte, por ejemplo, emanan malos olores; y a causa de ello, hay molestias al comer y hasta para dormir. La ciudadanía exige a Interagua que revise qué está pasando con el sistema. Estar hartos de vivir así. 

En la sexta etapa de la Alborada, por citar uno de los casos, la fetidez se extiende no solo por el barrio, sino que por el redondel en el que colindan dos centros comerciales del norte y una escultura del Papagayo, para muchos "la más hermosa de la ciudad"

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Sergio Robayo, quien habita en la décima etapa de la Alborada, se queja de tener que cruzar todos los días por la zona y no soportar el mal olor que sale desde las rendijas de la alcantarilla. "Es como si algo estuviera podrido. Llevamos meses así, la queja la conoce ya Interagua, pero ni vienen. Apenas un par de veces lo han hecho, revisan todo de manera superficial y se van. El olor nunca se va, está ahí como si fuera un vecino más", sentenció. 

Ana María Domenech, quien habita en la ciudadela Álamos Norte, alerta que en su vecindario conviven con la misma molestia. "No hay día que no huela mal. Si no son las alcantarillas, son las lagunas de oxidación, pero siempre huele horrible. No entiendo qué tipo de trabajo hace Interagua y qué tipo de control hace con ellos el Municipio. El punto es que en Álamos Norte a veces no se puede ya ni respirar", se quejó la residente; que denunció que su ciudadela, más que cualquier otro mes, ha sido el blanco de la delincuencia. 

Solo en las últimas 48 horas hubo tres robos a locales comerciales. En uno de ellos incluso los delincuentes lanzaron balas al aire. Piden ayuda y acciones urgentes.  

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Los habitantes de este sector del sur de Guayaquil ya no saben a quién acudir para lograr que sus calles sean regeneradas. Tienen huecos desde hace al menos una década, y aunque en la administración pasada -aseguran- les prometieron asfaltarla, continúan esquivando sin suerte los baches. 

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Con este tipo de daños, los habitantes de la Pradera 3 conviven hace años.Archivo

 "No tolero ya los huecos, son enormes y el Municipio nunca hace nada. Me harté también de los camiones, que se estaciones a los costados de las viviendas impidiéndonos incluso el paso vehicular. A veces no podemos ver ni siquiera quien está fuera de casa porque los camiones tapan todo. Es horrible vivir así.... Hemos estado plagados de promesas, pero nadie, ni un solo ser de la administración pasada, y hablo de la entonces alcaldesa y concejales, movieron un dedo por mejorar nuestro barrio. Ojalá esta vez sea distinto. Pedimos que vengan a ver como estamos", sentenció.