“El momento está cerca”. Con esta frase, el peleador ecuatoriano de artes marciales mixtas Michael Morales refleja la expectativa que vive de cara a su tercera pelea en el octágono de la compañía, pautada para este sábado 1 de julio ante el estadounidense Max Griffin, en la cartelera estelar del UFC Vegas 76.

Notablemente tonificado, el oriundo de Pasaje, de 24 años y 1,84 metros de estatura, muestra en sus redes sociales el trabajo de los últimos meses: perfeccionó la técnica y acondicionó su físico.

Morales ha tenido que esperar casi un año para volver a pelear. Se enfocó en aumentar su nivel, ya que si bien iba a combatir en diciembre de 2022 ante el ruso Rinat Fakhretdinov, una fractura en uno de sus dedos de los pies lo dejó fuera.

Durante todo este tiempo, Morales se radicó en México, donde entrena en el Entram Gym, equipo dirigido por Raúl Arvizu. Aquí comparte campamento con otros ecuatorianos, como los hermanos Andrés y Adrián Luna.

La importancia de la pelea del tricolor de este fin de semana está en que es el segundo ecuatoriano en firmar con UFC, 7 años después de la llegada de Marlon ‘Chito’ Vera.

El orense acumula una racha de 2 victorias consecutivas desde su debut oficial en UFC, además de un récord invicto como profesional de 14-0.

Michael pelea en la categoría de peso welter (170 libras).

En enero de 2022, debutó en la compañía con un nocaut técnico ante Trevis Giles, y en su último combate previo a la lesión, el 30 de julio del mismo año, también le ‘apagó las luces’ a Adam Fuggit, en el tercer asalto.