Luis Suárez Atlético de Madrid
El jugador del Atlético fue la base en la victoria de su equipo.EFE

Suárez se reivindica y el Atlético de Madrid sigue líder

El uruguayo despertó y se mandó dos golazos en España Su equipo sigue en la punta a la espera de otros resultados.

Cuando comenzaba a cuestionarse su figura como el '9' del líder de LaLiga Santander, Luis Suárez apareció este sábado 19 de diciembre. Dos goles del uruguayo en sus dos únicos remates sirvieron un triunfo práctico (3-1) del Atlético de Madrid ante el Elche, redondeado con un gol de Diego Costa de penalti, en su regreso tras un mes ausente.

El líder, que no encontró ante la defensa del Elche un juego convincente que enmendara la imagen desdibujada del derbi madrileño ante el Real Madrid, sí halló la efectividad de Suárez, que hizo su séptimo tanto después de casi un mes sin marcar, desde la cuarentena por su positivo en coronavirus con la selección.

El uruguayo, cuyo olfato empezaba a ser materia de debate -Simeone se declaró responsable de su situación por hacerle jugar nada más acabar el aislamiento-, provocó un penalti en su primera acción, invalidado por fuera de juego, desatascó al Atlético en la primera mitad tras una asistencia medida del inglés Kieran Trippier, que lleva tres las últimas tres jornadas, y sentenció en la segunda.

Suárez libró a un Atlético que había apostado por el francés Thomas Lemar, mejorado como mediapunta marcando dos goles en los últimos cuatro duelos, en lugar de Saúl Ñíguez, en un momento gris de juego del ilicitano, con lo que Marcos Llorente volvió al origen y jugó de mediocentro con Koke, en un retorno de Simeone al 4-4-2.

Su compatriota Jorge Almirón sorprendió poniendo en defensa al joven John Donald, mediocentro de 20 años del filial ilicitano que en su primera acción cometió penalti por un agarrón a Suárez, que le había ganado la espalda en un pase al espacio de Joao Félix. Le disculpó el videoarbitraje, ya que había en fuera de juego.

Después de ese susto, se dibujó claramente el plan del partido: el Atlético debía encontrar la llave para penetrar una defensa ilicitana de hasta seis futbolistas -la línea de cuatro y los dos extremos- ordenada y que no se vio exigida en la primera media hora por un conjunto local que con Llorente de mediocentro pierde su aceleración en banda y al que Lemar aporta voluntad pero no peligro.

Tanto fue así que la única ocasión digna de tal nombre en 30 minutos surgió de la pizarra: en una falta centrada, Lemar optó por ceder raso al interior a Koke, que hizo de pared para que Llorente intentara un tiro colocado que sorprendió a Edgar Badía, aun así capaz de despejar el balón por puros reflejos con la pierna derecha.

Apenas nada, hasta que una conducción de Lemar acabó en pase al espacio de Llorente para la subida de Trippier y un centro raso al área en el que Suárez se adelantó con habilidad a John y a la salida de Badía, rozando el balón lo justo para alojarlo en la portería y hacer el 1-0 que daba la tranquilidad a los locales y hacía replantearse su apuesta a Almirón, que cambió a John en el descanso.

Marcar un gol es para este Atlético el bálsamo que cura sus dudas: cuando no lo consigue, se desespera, pero cuando lo hace ya busca pacientemente agrandar la ventaja.