Es como caminar sobre el agua. La sensación resulta liberadora y su comunión con la naturaleza lo hace altamente atractivo. Se trata del paddleboarding, un deporte que pese a no ser convencional se desarrolla en ríos, esteros y lagunas, medios que Guayaquil tiene de sobra al estar al nivel del mar.

Su nombre original es Stan Up Paddleboarding, que abreviado da las siglas SUP, como es conocido técnicamente.

La historia cuenta que comenzó a practicarse alrededor de 1996, en Hawái, cuando Dave Kalama y Laird Hamilton, dos surfistas renombrados, estaban aburridos porque apenas había olas, de ahí que tomaron unos remos de canoa que tenían en sus autos para inmediatamente subirse a sus tablas de longboard (modalidad de surf) y adentrarse en el mar. Ya con el tiempo se apasionaron del potencial de remar de pie sobre una tabla de surf y no pararon nunca más.

En Ecuador, debido a su megabiodiversidad, la ‘cancha’ para practicarlo es muy amplia. Costa, Sierra, Oriente y Región Insular tienen espacios libres para hacerlo. En Guayaquil, Paddlerider es una de las agrupaciones que lo lleva a cabo desde 1996, y al día de hoy ya cuenta con más de 2.500 personas que han pasado por sus clases de adiestramiento.

“Es un deporte muy enganchante. No solo trata de hacer ejercicio, sino entrar en el descubrimiento de la naturaleza”, precisa Luis Fernando Marique, uno de sus iniciadores.

Y es que de manera silenciosa, esta práctica se ha tomado el manglar de Guayaquil a la altura del yacht club de la urbanización Puerto Azul, a las afueras de la ciudad, desde donde salen las expediciones, aunque también lo suelen hacer desde Puerto Hondo si lo que se requiere es estero, mientras que los más experimentados optan por el río Guayas, donde las corrientes aumentan la peligrosidad o el mar abierto.

Manrique explica que existen diferentes modalidades de Paddleboarding, y su nombre varía de acuerdo a las aguas en que se practiquen y a la forma en que se lo haga.

“Está el Paddle surf o SUP surf, paddle yoga, paddle fitness, paddle rafting, entre otras. También está el ‘down wind' que se practica en el país, y cuya modalidad consiste en remar sobre las tablas en el mar, de un punto a otro, usando el viento a sus espaldas y surfeando las pequeñas olas que el viento provoca. Aun así no deja de ser la más común el paddleboarding de paseo”, acota Luis Fernando, quien junto a Juan José Pons, su socio, iniciaron Paddlerider luego de hacer en 2013 dos certificaciones internacionales en Nueva York y Miami, Estados Unidos.

Rangos de edad, peso o cualquier limitante no existen. Solo se necesitan las ganas de experimentar y hacerlo.

Regularmente la primera clase, o clase introductoria, dura alrededor de una hora y media, de ese tiempo los primeros 15 minutos se desarrollan en tierra e inmediatamente se va a lo técnico para explicar cómo coger el remo, cómo pararse en la tabla, así como las medidas de seguridad en las que explica qué hacer en caso de una caída al agua, y un breve adiestramiento sobre corrientes de vientos y mareas, ya que al ser una actividad que se hace al aire libre depende mucho del manejo que se tenga sobre eso.

“Es impresionante darse cuenta que pocas personas en Guayaquil conocen el estero Salado pristino que existe aquí. Todos tenemos solo la idea del estero que se aprecia en sectores como las ciudadelas Urdesa o Kennedy, cuando dentro de Guayaquil mismo existe una zona muy viva y rica en ecosistema. Parte de la ideología del deporte es también dar a conocer eso”, cuenta Carlos Rodríguez, quien ha tomado ya varias clases de esta disciplina.

Beneficios para la salud hay muchos, ya que la actividad se desarrolla con todo el cuerpo y desde el mismo momento en el que se lo practica y se impulsa sobre la tabla ya está trabajando, hasta los pies cuando están arraigados a la tabla haciendo fuerza para mantener el equilibrio, así como los brazos y manos al momento de remar.

“Se trabaja con el propio peso de las personas, de ahí que su práctica ayuda en la tonificación muscular. Ya si se quieren hacer largas distancias como 30, 40 0 50 kilómetros el deporte se vuelve muy cardio con quema de grasa mayor”, precisa Manrique. Con todas estas bondades, solo resta atreverse. Más del 90 por ciento de las personas se para a la primera en las tablas.

POPULARIDAD

En Estados Unidos, el Paddleborading es el segundo deporte con más crecimiento, luego del crossfit por ser accesible y poderse practicar en cualquier tipo de aguas.

DETALLES

En Paddlerider las clases incluyen el equipo. La primera (introductoria) es una sola, de ahí se fijan las frecuencias de los entrenamientos de acuerdo a los requerimientos de cada persona. Por ejemplo, antes de la pandemia, se cobraba por 4 clases 120 dólares. Incluido los implementos.