
La adulteración de documentos de identidad en el fútbol, un mal sin remedio
A pesar del historial de casos, la estructura del balompié nacional no ha podido implementar mecanismos de detección
El caso de May Laury Quiñónez, quien jugó cuatro años en el fútbol ecuatoriano masculino a pesar de tener cédula con género femenino, ha dejado, una vez más, en evidencia la debilidad de los sistemas de control sobre adulteración de documentos de identidad, de los que el fútbol ecuatoriano cuenta escándalos cada año.
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Basta recordar que la Tricolor empezó la eliminatoria al Mundial 2026 con tres puntos menos por el caso de Byron Castillo, que alcanzó dimensión internacional. Pero a pesar de haber llegado a una sanción de tal nivel, no hay señales de que el problema esté siendo abordado por los organismos deportivos, que no han hecho esfuerzos por detectar y prevenir.
Del hecho reciente, con Quiñónez inscrito en la FEF desde 2021, las responsabilidades fueron repartidas por parte de la Comisión Disciplinaria. Desde el club que recibió su primera ficha llena a mano, pasando por la Asociación de Esmeraldas, los tres clubes donde jugó y la propia FEF. Pero más allá de lo que determinó el proceso disciplinario, no aparecen respuestas sobre acciones concretas en estos casos.
Este medio consultó de manera directa a Enrique Garcerant, presidente de la Comisión de Investigación, si, por ejemplo, ya se abrió un expediente en el caso de Quiñónez. En una llamada telefónica, indicó que no podía entregar información sin aprobación del área de comunicación. La jefa de prensa ofreció que realizaría la consulta, pero que en caso de que exista la investigación no se puede dar datos.
Tampoco hubo respuesta a la consulta sobre si existe todavía algún convenio con el Registro Civil para mejores herramientas de detección. Sobre eso, desde la Asociación de Fútbol No Amateur de Pichincha (AFNA), un dirigente que pidió reserva, mencionó que no existe un sistema de consulta directa con el Registro Civil.
Una fuente consultada en la interna de la FEF, que prefirió anonimato, no pudo precisar si existe un protocolo actualmente para llevar estos temas a una investigación más profunda o algún convenio con el Registro Civil. Manifestó que existe confianza en el filtro que realizan las asociaciones provinciales y que el caso les ha parecido muy extraño.
Desde AFNA, sin embargo, una fuente consultada relató que, en el caso de Pichincha, las revisiones de documentos suelen hacerse dos o tres días antes del inicio del torneo de Segunda, siendo muchos papeles en poco tiempo. Eso, reconoció, puede abrir la puerta a que no se advierta algún dato inconsistente.
El problema rebasa a la posibilidad de acción dirigencial
En este tema, el nivel de acción de la dirigencia es un punto de debate. Para Diego Castro, exdirigente de Liga de Quito y ahora en LigaPro, existen unos filtros mínimos, como “comprobar que en la cédula diga el género de la persona”.
Cree que también hay un límite de intervención en algún caso. Recuerda, por ejemplo, que en una ocasión tuvo duda respecto a la edad de un jugador que llegó a formativas y, antes de subir sus datos al sistema Comet, pidió una investigación a la FEF. Solo con la aprobación se procedió al ingreso.
Para el jurista Giovanny Cárdenas, especialista en el ámbito deportivo, resulta muy complejo que la FEF ponga en duda documentos oficiales de identidad. Cree que el sistema de registro que maneja sí funciona como un filtro. “Es que el Comet sí es un espacio de verificación, pero el problema aquí es de aplicación”, detalla.

En eso coincide Andrés Holguín, el abogado que defendió a Byron Castillo ante el TAS. “La FEF no es el Registro Civil”, dice en diálogo con este medio. Agrega que “la FEF, como ente privado, no va a tomar decisiones en contra de información oficial de entidades del Estado”.
Holguín cuenta que los filtros incluyen, por ejemplo, percatarse si existen tachones o borrones en documentos, a los que no dan trámite. “Pero de eso, a cuestionar un documento del Estado hay una vasta distancia”, explica.
Este vacío en cuanto a la aplicación de los controles ha hecho que se generen casos como el de Quiñónez y muchos más de suplantación de identidad en donde se busca registrar una edad menor a la que realmente tienen y que ha llegado a presentarse incluso en selecciones formativas.
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