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Athy Lozano (i), Jonathan Capuz y Bryan Caisabanda (d), jugadores indígenas de Mushuc Runa, mientras conversan con Geovanny Cumbicus, entrenador de Ponchito.Yadira Illescas

Los hijos del Mushuc Runa

Los cuatro jóvenes indígenas que empezaron desde las divisiones formativas en el Ponchito cuentan sus objetivos y experiencias en el fútbol 

Cuatro jugadores que han salido de las entrañas del club del Ponchito, es decir de las formativas, cristalizan de a poco el sueño de Luis Alfonso Chango, presidente vitalicio del club deportivo Mushuc Runa, de formar un equipo en su mayoría con jugadores indígenas. “El sendero está trazado, solo depende del esfuerzo y sacrificio de cada uno de ellos”, expresó el director técnico Geovanny Cumbicus.

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Todos son nacidos en comunidades indígenas kichwas. Dos son de Ambato: Jonathan Capuz Sisa, de 22 años, de la parroquia Pilahuín; Kevin Caisaguano, de 20 años, oriundo de Ambatillo Alto. De la comunidad de Salasaka está Bryan Caisabanda Masaquisa, de 19 años; y Athy Lozano, de 20 años, originario del Pueblo de Saraguro en Loja.

Hasta el momento Jonathan Capuz es el único que ha debutado. Sus ojos se iluminan cuando recuerda el día que lo convocaron para jugar frente al 9 de Octubre. “Estaba en casa con mi esposa y nos abrazamos muy fuerte por esa alegría de jugar en la Serie A”, expresó el joven padre de un niño de dos años que sigue sus pasos.

El 18 de febrero de este 2021, Jonathan saltó a la cancha para jugar en la Serie A. Mencionó que llegó a las formativas del Mushuc Runa desde que tenía 12 años, cuando Serafín Pandi, uno de los directivos, lo observó en un campeonato barrial que lo llevó su padre, Segundo.

“Me llevaron a probarme y me quedé y ahora mi sueño se está cumpliendo de jugar con los profesionales”, dijo el joven, quien en sus ratos libres o después de los entrenamientos se da tiempo para jugar con su retoño, Killa; y su sobrino Jordán, de cinco años, quien se ha convertido en su mayor admirador. Después de jugar con los niños ayuda a su esposa o padres en las actividades del campo o a pelar ajo que lo venden en las ferias de Ambato.

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Jonathan Capuz, delantero del Mushuc Runa, ayuda a su esposa a preparar los productos para llevarlos al mercado.Yadira Illescas

“Debo esforzarme más cada día porque mi meta es jugar más horas y después ficharme en otros equipos del país, la selección o nivel internacional”, sostuvo el joven que se declaró admirador de Damián Díaz, es que a más de su amor por Mushuc Runa, también es hincha del Barcelona.

Su esposa Susana Muñoz, de 21 años, es su mayor consejera y crítica. No se pierden ningún partido y siempre le aconseja que pierda los nervios. Cuando llega a casa ella lo premia con su plato favorito: cuy asado con papas.

Mi meta es seguir sumando minutos en el torneo nacional y algún día defender la camiseta de la selección, para eso doy mi mejor esfuerzo

Jonathan Capuz, delantero del Mushuc Runa

Athy Patricio Lozano Lozano hace cuatro años dejó su natal San Lucas, del cantón Saraguro en Loja, para probar suerte en el equipo del Ponchito. Estuvo atento de las convocatorias que hacía el club y cuando observó que estaban llamando a jóvenes indígenas para que se prueben no lo dudó y emprendió el viaje de más de 12 horas. Dejó la comodidad del hogar para vivir en tierras ajenas, donde ve la luz para cumplir sus aspiraciones de ser jugador profesional.

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Es hincha del mismo club que le está dando esa oportunidad de jugar en las profesionales. Dicen que estuvo dos años en la reserva y ahora entrena en las profesionales. Es lateral derecho y espera su turno para debutar.

“Quiero sobresalir, tener mis horas de juego y seguir creciendo como profesional y lograr también estar en la selección”, expresó Athy. Es admirador de Antonio Valencia y aseguró tener todo el apoyo de sus nueve hermanos, ya que es el último; y de sus padres. “Somos una familia muy unida y en todo momento me dan aliento para que consiga mis metas”.

Ya el solo hecho de entrenar en un equipo profesional como Mushuc Runa es una alegría para mí, ahora lo que resta es ganarme un puesto como titular

Bryan Caisabanda, futbolista del Mushuc Runa

Bryan Caisabanda Masaquisa es oriundo del Pueblo de Salasaka, considerado Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador, da gracias a Dios y a su familia que siempre están con él. Es lateral izquierdo y ahora su objetivo es que también lo convoquen para jugar en la Serie profesional. A más del Mushuc Runa es hincha del Barcelona y admira a Mario Pineida.

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Kevin Caisaguano, jugador indígena del Mushuc Runa, cuenta con el apoyo de su familia.Yadira Illescas

Está desde los 16 años en el equipo y después de entrenar en la reserva lo convocaron a formar parte del club de mayores. “Fue de gran alegría saber que podía entrenar en el equipo profesional. En mi casa mis padres y hermano también estuvieron muy contentos por mí. Ahora solo debo demostrar que soy capaz de ganarme mi puesto y eso solo se logra con trabajo fuerte”, expresó el joven que en cinco años espera estar en otros equipos demostrando su magia con el fútbol.

Otro de los jóvenes indígenas que busca debutar es Kevin Caisaguano. Tenía 14 años cuando se fue a probar en las formativas y se quedó. Es oriundo de Ambatillo Alto, comunidad considerada el mirador de Ambato. En la actualidad está en recuperación porque se contagió con COVID-19, pero aseguró que no deja de ponerse en forma y lo hace corriendo por las montañas de su parroquia. Es el último de seis hermanos y su padre José y su mamá María del Rosario siempre lo motivaban a que juegue en los interparroquiales, hasta que fue llamado al Mushuc Runa. “En el 2019 me informaron que podía entrenar con los mayores, al principio tenía muchos nervios y de a poco me estoy soltando gracias a los consejos de los más experimentados”, aseguró.

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Cuando no está las prácticas, también ayuda a sus padres en los cultivos de las hortalizas y verduras. Admira a Cristiano Ronaldo y aseguró que mostrará su mejor esfuerzo para que le den la oportunidad de tener horas de juego. Los cuatro jóvenes aseguraron que están agradecidos de la oportunidad que les brinda el club, porque demuestran que el sector indígena también tiene madera para jugar al fútbol.

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El director técnico del club Mushuc Runa, Geovanny Cumbicus, mencionó que tres de los cuatro jóvenes están desde las formativas y con ellos realizan trabajos diferenciados para potenciarlos.

“El que ha tenido la oportunidad de jugar es Capuz, porque se ha destacado más. Todos tendrán su oportunidad, pero deben demostrar esas ganas de ganarse el puesto con esfuerzo, sacrificio y compromiso. Hay que ver cómo evolucionan y responden”, dijo el estratega. Cumbicus resaltó la iniciativa del presidente de apoyar a los jugadores indígenas. “Apuesta mucho a lo nuestro, la idea es cristalizar ese proyecto y para eso se debe cuidar a cada uno de los jugadores, trabajar de manera muy inteligente para prepararlos y que disfruten del fútbol, no lanzarlos sin experiencia al campo de fútbol. El objetivo es reestructurar bien las reservas, que ahora no están trabajando por la pandemia, para que vayan trabajando los prospectos y tener un buen equipo conformado por gente nuestra”, añadió el entrenador.