
¿Quién es Gonzalo Valle? El héroe inesperado de Ecuador clasificado al Mundial 2026
Del anonimato a la gloria: Gonzalo Valle y su clave en la clasificación de Ecuador
La historia comenzó el 5 de junio de 2025, en Guayaquil, algo distinto flotaba en el ambiente. El sol golpeaba fuerte sobre el cemento del Monumental, y mientras los parlantes del estadio lanzaban reguetón a todo volumen, en los pasillos, en los palcos y en los grupos de WhatsApp, una sola pregunta saltaba de boca en boca:
“¿Y ese arquero? ¿Quién es ese tal Gonzalo Valle?”
No tenía tatuajes vistosos, no salía en comerciales de gaseosa ni tenía millones de seguidores en redes. No era el tipo de jugador que arma su propia marca. Más bien, parecía salido de otra época: callado, de mirada firme, de esos que creen más en el trabajo que en el show.

Del Chimborazo para el mundo
Valle nació en Riobamba, en 1996. En vez de ir a academias con reflectores, pasó por Fedeguayas, donde aprendió que ser arquero era una especie de castigo hermoso: nadie te abraza cuando cumples, pero todos te miran cuando fallas.
En 2014, River Ecuador le entregó su primer uniforme profesional. No jugaba. Apenas miraba desde la banca, aprendiendo en silencio. Un año después, ya era subcampeón de la B. Invisible para muchos, pero decidido por dentro.
Guayaquil City fue su refugio, su lugar de crecimiento. El DT Pool Gavilánez creyó en él, cuando nadie más lo hacía. Y Gonzalo, fiel a su estilo, no prometía: simplemente cumplía.
En 2022, Gustavo Alfaro sorprendió a todos llamándolo a la Selección. Algunos se rieron, otros se encogieron de hombros. Pero Valle no dijo nada. Solo siguió entrenando.

Y entonces llegó ese día. Galíndez lesionado. Ecuador por enfrentar a Brasil. Y Valle... titular. Solo él sabía lo que ese momento significaba.
EN LIMA FUE TODO
Y el gran premio, el 10 de junio, en Lima, con la clasificación al Mundial en juego, ese nombre que hasta hace poco era un misterio, se volvió una bandera. Atajó como si llevara cien partidos encima. Voló, gritó, ordenó. Salvó dos goles hechos a Andy Polo y Paolo Guerrero. Fue elegido el mejor del partido. Y Ecuador, con él en el arco, se metió en la Copa del Mundo.
Al final, parado sobre el césped del Estadio Nacional, con la camiseta empapada y los ojos vidriosos, soltó una frase que no necesitó adornos: “De niño uno soñaba con esto… y hoy estoy aquí.”
Y sí, estaba ahí. Porque a veces, el fútbol premia a los que caminan despacio, pero nunca dejan de avanzar.
Para seguir leyendo EXPRESO sin restricciones, ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!