España Eibar Sergi Enrich
Curiosidad. El de la gráfica bien podría parecer un arquero, pero se trata del centrocampista Carles Aleña, del Betis español que ayer volvió a las prácticas. Ahora todos llevan guantes.EFE

Coronavirus: Las cartas de la nueva normalidad están echadas

El regreso del deporte es inminente. Un estudio plantea los pros y los contras que se traspolan a todas las disciplinas

Cómo volverán a los entrenamientos los deportistas de elite, el regreso de las competiciones a puerta cerrada, cómo será el futuro con público, las relaciones con los aficionados y el estado psicológico de los profesionales en su reenganche al trabajo, marcarán la agenda de la nueva normalidad no solo en el fútbol, sino en general, tras la crisis por el coronavirus.

En solo dos meses, el modo de vida de la sociedad cambió radicalmente. Ya nada es como era. Casi todo tardará en volver a ser igual que antes y el deporte tampoco se librará de los cambios. Se tendrá que adaptar a un nuevo rumbo que ayer expertos españoles plantearon y bien puede ser el espejo que nos tocará vivir a todos.

La primera arista abarcada es el choque psicológico que podrían sufrir los deportistas cuando regresen al trabajo después de más de 50 días confinados en sus casas. Sujetos a unas costumbres, volver a la rutina anterior debería ir de la mano de una preparación mental para acelerar la vuelta a los automatismos.

Oriol Mercadé, psicólogo deportivo, analizó cuáles serán los principales retos de los deportistas y concluyó que prácticamente deberán combatir una especie de “jet lag” primigenio.

“Va a costar recuperar que el cuerpo y la mente estén focalizados. Ellos van a notar que les cuesta centrarse en lo que dice el entrenador o en la acción. Su cerebro se ha acostumbrando a estar divagando sin ningún tipo de centramiento”, afirmó Mercadé.

Para ello, a su juicio, preparar psicológicamente a los deportistas antes de regresar al trabajo podría ser muy útil.

¿Pero el impacto será igual para todos los tipos de deporte? La respuesta es “no”. Una de las razones será la ausencia de público, más importante en unos deportes que en otros. Sobre todo en el fútbol, donde se jugará a puerta cerrada para terminar el curso que fue interrumpido.

“A nivel mental, un pabellón o un estadio lleno para un futbolista puede ser un 30% del impacto en su nivel de activación. En cambio, para un ciclista, que haya menos gente en la carretera no creo que tenga tanta importancia”, aseguró el experto.

La relación aficionado-deportista también puede suponer un choque. El contacto será el mínimo, por no decir casi nulo. Se acabarán muchas situaciones antes normales como firmar autógrafos, recibir los autobuses de los jugadores o, simplemente, cuando acudan a los estadios, celebrar goles con los hinchas.

Primero, por protocolo. Segundo, porque entre los propios deportistas es posible que haya algún tipo de muro psicológico que lo impida. En el primer aspecto, Rafael Ramos, presidente de la Asociación Española de Médicos de Fútbol, indicó que los contactos, hasta la vuelta a la normalidad, se acabarán con seguridad.

Por su parte, Juan José Pérez Toledano, médico de Estudiantes y presidente de la Asociación española de médicos de baloncesto (AEMB), abarcó el tema de los recintos deportivos, y junto a Ramos coincidió en que, técnicamente, las posibilidades de contagio en un pabellón cerrado son mayores que en un estadio al aire libre.

El baloncesto está trabajando en un protocolo que sería extrapolable a otros deportes como el fútbol sala o el balonmano. Los de agua, como la natación, tendrían un tratamiento similar. Eso sí, la desinfección será intensa, desde el césped, a las gradas, pasando por las redes de las porterías, las piscinas, las pistas. Ramos es claro: “Absolutamente todo el recorrido que pueda hacer cualquiera de los deportistas, el cuerpo técnico, personal auxiliar del club se va a esterilizar. En cualquiera de esos sitios se van a establecer las normas de seguridad de desinfección, como manda la norma”

La prensa, con un papel importante en la relación con los deportistas, también “desaparecerá”. Por lo menos, en lo que resta de temporada de los deportes que tienen que concluir sus campeonatos. Se evitará el contacto con los jugadores y, aunque todavía no hay ninguna norma concreta, es posible que las ruedas de prensa telemáticas sirvan como herramienta para acercar a los deportistas y a los medios de comunicación.

Los desplazamientos de los deportistas también son, de momento, una incógnita, aunque rondan varias delimitaciones. Se intentará que sean en el mismo día y con medios propios como el autobús. Para larga distancia contratarán aviones privados con todas las medidas de seguridad.

Pero para llegar a todas esas situaciones, antes hay que dar un primer paso: los test que están en marcha en deportes como el fútbol para saber con exactitud si jugadores, cuerpo técnico o empleados portan el coronavirus o no. No habrá solo uno. Deberán hacerse varios.

“La idea es que cada día se tome la temperatura al deportista o la persona que vaya a la instalación antes de la sesión de entrenamiento. Posteriormente, cuando se pase a la siguiente fase, una vez que hemos entrenado individualmente y hay que hacerlo por grupo, hay que hacer otra vez los tests y saber si hay contagio”, explicó Toledano.

Si en las autoridades se extremará el cuidado para que los deportistas lleguen “limpios” de coronavirus a los primeros entrenamientos, estos, aunque piensen en ese peligro, no podrán evitarlo y en cambio derivará al lado sicológico. “El deporte son repeticiones y automatismos, eso puede no dejar pensar en la distancia social. Se van a abrazar, tocar... Es ahí donde puede haber polémica porque a los deportistas les dirán que son unos irresponsables y cuando se vean por televisión se preguntarán por qué lo han hecho. La respuesta es que ni lo pensaban”, remató Mercadé.

Incertidumbre en Ecuador

Los órganos deportivos oficiales del país, llámese Secretaría del Deporte, Federación Ecuatoriana de Fútbol o Comité Olímpico Ecuatoriano, no han dado todavía ningún lineamiento para el regreso a la actividad.

Hoy, cuando se cumplen 55 días desde que el gobierno decretó la emergencia sanitaria por el coronavirus, y la segunda semana de haber entrado en la fase de “distanciamiento social”, se sigue a la espera de que el Comité de Operaciones de Emergencia apruebe un pedido de la Secretaría del Deporte para que se le entregue salvoconductos especiales a deportistas de alto rendimiento.

Andrea Sotomayor, directora de la Secretaría, le indicó a EXPRESO que se busca que deportes como atletismo o triatlón “puedan hacer un entrenamiento individual sin restricciones, pero con las medidas de seguridad necesarias. No deportes en conjunto o de combate”. Pero de eso aún nada. (CFH)

$40.000 millones son aproximadamente las pérdidas económicas que hasta el mes pasado registró el deporte en sus diferentes ligas.