El Inter encarriló el miércoles 10 de mayo la eliminatoria al tumbar con superioridad al Milan (0-2) en la ida de semifinales de Champions League, gracias a los tantos del bosnio Edin Dzeko y el armenio Henrik Mkhitaryan.

La primera parte abrumadora de los ‘nerazzurri’ fue suficiente para domar al Milan en el Giuseppe Meazza (San Siro), mostrando autoridad para poner pie y medio en la final de Champions, algo que no logra desde que ganó el torneo en 2010.

Tan solo ocho minutos tardó Dzeko en abrir el marcador. Asentado como delantero titular, el bosnio volvió a responder a su técnico, esta vez con un remate casi acrobático en un saque de esquina con el que silenció la mayor parte de San Siro.

El tempranero golpe mareó a un Milan que no había conseguido entrar en el partido. Y el Inter no desaprovechó la ocasión para hacer más daño.

Fue el turno de Mkhitaryan para, desde segunda línea, aprovechando un pase de Dimarco que dejó pasar Lautaro, colarse con facilidad en el área ante la mirada de la inoperante zaga milanesa, para definir y poner tierra de por medio en 12 minutos.

La ventaja en el marcador hizo que el Inter, poco a poco, fuera bajando el ritmo. Pero el dominio era el mismo.

Para la segunda mitad, el Milan pudo meterse de lleno en la eliminatoria con un disparo de Tonali que se estrelló en el palo. No fue una buena noche para los locales.

Gestionó Inzaghi y fue dando entrada poco a poco a piezas para mantener la posesión y minimizar los peligros de un Milan que no cambió nada con la entrada de Origi o de Pobega, resignado a intentar hacer daño desde la distancia o con centros laterales estériles ante una zaga ‘nerazzura’ que solventó todos los acercamientos.

El Milan se aferra a la épica y a la historia de su camiseta para obrar el milagro y rubricar una remontada que se torna complicada.